viernes, 29 de enero de 2010

Emerger del cascarón


















A lo largo de los años encontramos a multitud de personas que no toman nuestra mano entre las suyas ni pronuncian al vernos algunas de esas palabras que surgen del corazón. Todos estamos rodeados de barreras que nos separan del prójimo, como el pajarillo en su cascarón que, aun habiendo recibido el don de la vida, todavía no ha nacido a la luz del día.
Para el hombre, emerger del cascarón que constituye la conciencia no despierta supone nacer al espíritu. Es lo que se denomina el "segundo nacimiento", el nacimiento a la realidad subyacente en el meollo de las cosas, la entrada a la conciencia cósmica inherente a toda forma de vida.
Al igual que el pajarillo que, apenas llegado al mundo, se siente envuelto por entero en las grandes alas maternas, el hombre nacido al Espíritu se siente abrazado por el Todo.
Hasta que no rompe el cascarón, le resulta muy difícil concebir qué plenitud, qué gozo indecible conoce el alma así liberada; no obstante, ¿acaso en algunos momentos fugaces no siente algo así como un presentimiento?
La vida en el Espíritu tiene por efecto destruir la indiferencia y la inercia.
Nuestra conciencia presiente entonces en todo lo que existe la conciencia infinita, y nuestra alma, despierta al fin al alma universal, percibe en derredor el resplandor de la felicidad divina.

Rabindranath Tagore,
La Morada de la Paz

jueves, 28 de enero de 2010

Papeles inesperados

















Existe una rara alquimia en el dar y el recibir.
Así como hay historias que quieren ser contadas a través de cierta voz, así también hay libros que buscan ser leídos por determinado lector.
Y en determinado momento.
Desde que Cortázar pasó la noche conmigo, ya no es un desconocido para mi.
O un gigante de la literatura de difícil acceso.
Ahora que sus palabras me rozaron de manera inesperada y no planeada, es parte de mi vida. Y de mi historia.
El único texto que había leído de él, y obligada por el colegio, fue "Casa tomada".
Y como todo tiene su momento bajo el cielo, recién ahora fui tomada por su mano invisible para entrar en su vida, y él a la vez en la mía.
Y tal vez porque nuestra cita fue inesperada, elegí empezar a conocerlo a través de sus textos inéditos agrupados en "Papeles inesperados".
Publicado 25 años después de su muerte, reúne desde discursos, prólogos y artículos sobre arte y literatura, hasta poesías y crónicas de viaje.
Aquí voy, entonces, al encuentro de sus palabras. Que una vez plasmadas en el papel ya no son de quien las escribe, sino de quien las necesita.

Papeles inesperados,
Julio Cortázar,
Editorial Alfaguara.

miércoles, 27 de enero de 2010

Leer...esa perdición

















Leer es un acto de libertad. ¿O de inconciencia?
Lo que se lee queda para siempre en algún lugar de nuestra psique.
De nuestra alma.
Y una vez dentro hace germinar ideas. Deseos. Imágenes.
Leer es el escondite infranqueable para los introvertidos.
La excusa perfecta para los insociables.
La puerta cerrada de los que no quieren hablar.
La carta de presentación infalible de los superiores.
El disfraz certero de los que no se quieren mostrar de verdad.
Leer es un verbo con infinitas conjugaciones.
Con insospechados pasadizos y túneles.
Leer te conecta y te desconecta al mismo tiempo.
Es la paradoja hecha de hojas.
Es un arma letal y es la llave que libera a los prisioneros.
Es trinchera y paréntesis.
Guarida y observatorio.
Leer estuvo vedado, y con razón.
Es adictivo y pernicioso.
Lava cerebros y culpas.
Expía pecados y los promueve.
Murmura y susurra secretos.
Desvela y devela.

La niña que fui leía para guarecerse.
La niña que soy lee para recordar.

martes, 26 de enero de 2010

De encuentros y desencuentros


















Cada persona que aparece en nuestra vida lo hace con un propósito.
Y si sabemos abrirnos, nos dejaremos transformar por cada encuentro.
Cuando alguien muy amado se va de nuestro lado, tal vez haya concluído lo que teníamos que compartir e intercambiar. Al menos así será para nuestra alma que sabe cuál es el plan de vuelo.
Pretender aferrarnos a ese amor como si fuese el único sólo hará que estemos ciegos y sordos para los nuevos encuentros que la vida nos tiene reservados.
Si supimos amar a otro con todo nuestro ser tenemos que sentirnos privilegiados. El universo trajo un regalo maravilloso a nuestra puerta y pudimos disfrutarlo.
Si no fue así, la vida tal vez esté aguardando que extendamos nuestras manos otra vez para esta segunda oportunidad.
¿Vamos a seguir convenciéndonos de que no la merecemos?

Extractado de mi libro
Tal vez mañana

lunes, 25 de enero de 2010

Prisión a medida



















La libertad es un bien codiciado. Un ideal al que todos aspiramos y por el que vale la pena luchar.
Flamea en lo alto como estandarte. Ennoblece a sus portadores. Se la busca con pasión y desenfreno. Se la ofrece como camino de liberación y felicidad.
Se la venera y se la disfraza. Es adoptada con fanatismo y luego enviada al exilio. Es, en definitiva, un commodity que cotiza en bolsa.
Se supone que el libre albedrío, retoño dilecto de la libertad, es el derecho inalienable de todo ser humano. Su ausencia provoca enfrentamientos e incluso guerras. Nadie quiere estar a merced de voluntades ajenas, ni dejar en manos de otros el timón de la propia vida.
Sin embargo, los otros y los ajenos son a quienes primero hacemos responsables de nuestros errores. De nuestros actos fallidos. Y, también, de nuestra falta de libertad.
Toda vez que nos sentimos prisioneros, buscamos en seguida a quien responsabilizar y rara vez ponemos el foco en lo que podamos haber hecho nosotros mismos para sentirnos constreñidos o faltos de libertad.
Somos especialistas en meternos en cuartuchos diminutos, con aire viciado y paredes estrechas y quedarnos acurrucados allí dentro esperando que algún carcelero conocido venga a liberarnos.
Por temor, por cobardía, por comodidad... es que es más fácil darle la llave maestra de nuestra vida a otro. Llámese padre, tutor, adulto responsable o dios omnipotente, y ubicarnos en el rol limitado y falto de horizontes del que deja las respuestas y soluciones en poder ajeno.
Estar reclusos en ciertas prisiones nos da seguridad. Nos sentimos a resguardo y protegidos del aleteo alocado e impredecible del libre albedrío.
Pero no olvidemos que entramos allí de manera voluntaria. Y que podemos salir de la misma manera.

viernes, 22 de enero de 2010

El verdadero significado















Somos visitantes en este planeta.
Estaremos aquí 90 o 100 años como mucho.
Durante ese tiempo debemos intentar hacer algo bueno,
algo útil con nuestras vidas.
Si contribuyes a la felicidad de los demás, encontrarás
el verdadero significado de la vida.

El Dalai Lama

jueves, 21 de enero de 2010

Escándalo de Miel


















Así se llama la antología poética personal de Gioconda Belli, poeta y escritora Nicaragüense.
Es un libro erotizado, es decir, invadido amorosamente por las flechas certeras de Eros, que se hunden en el pecho y otras zonas de amor, para despertar al cuerpo y los sentidos de su letargo.
Gioconda se me antoja apasionada hasta el tuétano, irreverente, sensible y dulce. Como esa miel que puede escandalizar a algunos, pero que, en realidad, dulcifica y da blandura a la rigidez que la moral y los preceptos, los prejuicios y preconceptos pretenden hacer con el amor, la pasión y los cuerpos que se aman.
Pero la antología contiene más que eso. Dolor por el país propio que traiciona los sueños y mutila los ideales. Que expulsa a sus habitantes heridos de orfandad. Y que, a la vez, cuece en sus aguas turbias caldos de creación. Y en la grieta de las heridas, torrentes profundos, sensibilidad y exquisita percepción.
Va el comienzo de una poesía que me gusta especialmente.

El alma que no amaina

Asomada a mi garganta
contemplo la selva de mi interioridad
azotada de viento,
erosionada por múltiples inundaciones.

Dicen que el tiempo lima las protuberancias del alma,
igual que el agua de los ríos torna en suave mejilla
el contorno de las piedras.
Que la memoria aprende a ojos cerrados el inmutable perfil de las riberas
y un día de tantos se llega al final del asombro,
a la intuición certera de lo impredecible.


....y sigue....

Gioconda Belli
Escándalo de Miel,
antología poética personal.
Seix Barral

miércoles, 20 de enero de 2010

Tienes un e-mail
















Querida:

Te escribo esta carta para recordarte ciertas cosas que es probable que olvides durante el año.
El tiempo suele ser un buen maestro, pero también sella lecciones mal aprendidas y apoltrona malos hábitos.
Mi deseo es que no desaparezcan como fuegos artificiales los destellos de lucidez que te regala la vida en momentos de ocio.

He aquí la lista de recomendaciones:

A los seres queridos hay que cuidarlos como a las plantas de un jardín. Regarlos con besos y abrazos, protegerlos de las inclemencias del tiempo y podarlos cuando sea necesario para que crezcan fuertes y saludables.

Comer y descansar son necesidades básicas y, por ello, la base donde se asienta la salud y el buen funcionamiento de todo tu organismo.

La respiración te mantiene viva. Es gratis y expande no sólo tus pulmones, sino tus horizontes.

La música es el pasadizo que te conecta de manera directa con tu alma.

Ciertas rutinas son necesarias e inevitables, pero la flexibilidad y el ingenio florecen en un espíritu de aventura y curiosidad.

De lo que te digan no lo creas todo. De lo que veas, la mitad.

Ponéle riendas a tu lengua que suele zafarse y desbocarse con facilidad.

El ejercicio regular te hace bien. Te energiza. Remueve humores densos. Y te llena de ideas creativas.

Los verdaderos amigos son escasos, por eso, ponelos entre los primeros en tu lista de prioridades.

Sé tu mejor amiga. No te desvalorices ni te critiques en exceso. Date permisos y placeres. Y llamate al orden cuando te alejes demasiado de tu esencia.

Sé tu mejor alumna. Y escuchá con atención a quienes te quieren y te confronten con verdades que no te animás a ver.

Sé dócil cuando tengas que bajar la cabeza y fuerte cuando tengas que llevarla en alto.

Hacé silencio para la crítica despiadada y el chisme.

Gritá sin miedo tu verdad.

Cantá siempre. Es un don y abre los corazones.

Llorá sin vergüenza.

Rezá en lo secreto.

Reíte seguido.

Perdoná setenta veces siete.

Perdonate otro tanto.

Jugá, explorá, equivocate y ponete de pie otra vez.

Y guardá en el cofre de tu corazón a tus sueños, que son la estrella hacia la que tu barca se dirige y el viento que impulsa sus velas.

Te quiero,
Yo.

martes, 19 de enero de 2010

Cortázar pasó la noche conmigo


















Las vacaciones son, para mí, un tiempo suspendido entre tiempos.
No logro, y eso es bueno, seguir un plan, ni horarios.
Al llegar al lugar elegido me propongo salir a caminar cada día. Andar en bicicleta. A caballo. Trepar senderos inhóspitos. Visitar algún museo perdido o casa de artesanías...
Algo de eso hago. Pero de manera imprevista y sin prisa.
Pareciera que la hoja de ruta se me volara por los aires. Y que las agujas de mi reloj giraran en sentido opuesto al de la mayoría. Y así, desorientada y sin timón a la vista, descanso.
Durante estas vacaciones tuve la gracia de toparme con un texto de Cortázar.
Trepando las escaleras de la casa de unos amigos quedé detenida frente al texto en cuestión, que me abrazó y me susurró al oído: tenés que leerme.
Me gustó tanto que quise copiarlo. No es extenso pero sí profundo. Simple. Y maravilloso.
Lo transcribo para ustedes:

La muerte siempre ha sido para mí una especie de escándalo,
una tremenda injusticia contra la maravilla que es la vida...
Desde niño me propuse participar en la vida lo más intensamente posible.
Hay gente que no sabe llegar hasta el fondo de esa magnífica experiencia
que es estar vivo.
Por eso a mí todas las cosas me han marcado profundamente: Un amor,
una decepción, una enfermedad, las viví con idéntica fuerza.
Todos los momentos fueron para mí trascendentes.


Julio Cortázar
Enero de 1983


Agradezco a Guillermo,el dueño de casa, que no tuvo reparos y sí una enorme generosidad en descolgar el texto enmarcado para que yo me lo llevara a pasar la noche conmigo y pudiese copiarlo.

lunes, 18 de enero de 2010

Lo que sabe mi alma
















Que nada es lo que parece

Que todo es lo que es

Que no hay errores, sólo experiencias

Que la división es un hecho matemático, no de la vida

Que todos los caminos conducen a casa

Que no hay verdades absolutas

Que la verdad no tiene dueño

Que no hay una única verdad, sólo historias

Que la paz se persigue demasiado y así, se la ahuyenta

Que estoy donde quiero estar

Que el dolor es un gran maestro, también la alegría

Que a casa vamos todos, tarde o temprano

Que el amor no es cobarde

Que hay un plan que mi alma trazó para mí

Que después de la noche, siempre, hay un nuevo amanecer

Que las puertas de mi alma, y su sabiduría, están siempre abiertas y a mi disposición


Victoria Branca
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