Perséfone acaba de ser secuestrada por Hades, el dios del inframundo.
Su madre corre de un extremo al otro de la tierra gritando su nombre. Está desesperada.
Durante nueve días y nueve noches llora desconsoladamente su ausencia. No hay rastros de su hija.
Perséfone, la doncella inocente que juntaba flores en los campos que cultivaba Demeter, su madre, habita ahora en las sombras. En el reino del desasosiego. Lejos de su mundo conocido y luminoso. A tientas se mueve en ese lugar oscuro que no reconoce.
Extraña los rayos del sol. La voz familiar de sus seres queridos. El canto de las aves, el aroma de las flores...
El inframundo es un lugar frío. Tenebroso. Se escuchan murmullos de queja y lamento. O el silencio más sepulcral.
El que recién llega a esta tierra baldía no se siente bienvenido. Pero lo es.
La oscuridad, en su punto más negro, preanuncia la llegada de la luz.
5 comentarios:
que lindo Victoria!!! me encantan los mitos .....mas para este dia frio de invierno beso tinker bell
Hola Victoria! Leí esto en tu libro y me impresionó su historia, como nace este Invierno....no me identifico con esta estación para nada. La sufro como la madre a Perséfone. Un beso, Gloria.
Cuando tenía 14 ó 15, me compré un libro de mitología griega con tapas anaranjadas (que hoy no sé dónde cuernos fue a parar), y no olvido los comentarios de mis amigas ante la elección. Con lo linda que es la mitología!
Ahora voy a buscar cómo siguió la cosa entre Hades y esta chica ;O)
Aquí al otro lado, hace calor, un calor sofocante, lo que me hace pensar que la luz tiene diferentes momentos para cada uno, pero en cualquier caso hay que tener claro que siempre sale en uno u otro momento, como dice Shakira en su canción: "cuando menos te lo esperas sale el sol..."
¡les deseo que les salga cuanto antes!
Me necanta el invierno. Hay que dejarse conquistar y sorprender por cada tiempo de la naturaleza...
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