martes, 28 de febrero de 2012

Los libros ganaron el Oscar













Si todavía no lo viste, entrá a You Tube para ver el corto de animación que ganó el Oscar: "The fantastic flying books of Mr Morris Lessmore"
Protagonistas: los libros.
Actores y actrices de reparto: los lectores.
Dejate llevar por la magia de entrar en contacto con la lectura y sus infinitas posibilidades.

Victoria Branca

viernes, 24 de febrero de 2012

¿Qué estás esperando?














Dice Maya Angelou, la gran poeta y escritora, que no existe mayor agonía que llevar una historia que no ha sido contada dentro tuyo.
Escribir permite liberar (ex-presar) la agonía y el peso que supone todo lo no dicho. Todo lo que puja por darse a luz y salir del encierro prolongado.
Escribir es una manera de recuperar lo perdido. De darle voz al silencio forzado. De romper las cadenas autoimpuestas del miedo.
"Lo que no se expresa por palabras se expresa por dolores", sentencia Alice Miller, que es lo mismo que decir que todo aquello que no tiene libre cauce termina enquistándose en el cuerpo y en el corazón.
Poner en palabras lo que apenas hace equilibrio en el alma alivia el peso de lo no dicho y permite ver con cierta perspectiva.
Las palabras vienen a darle voz a la opresión. A la herida que aún supura. Al grito de descontento y, también, al del éxtasis. Al deseo encubierto y al anhelo antiguo. Y sí, también a esos, a los sueños que se resisten a ser olvidados.

Victoria Branca

En Marzo comienzan los talleres de escritura que dictaré en el 2012.
Para anotarte escribime a este mail: victoriabranca@hotmail.com
Dale, ¿qué estás esperando?

martes, 21 de febrero de 2012

Ese instante efímero y poderoso



















Leer a Joan Didion es hipnótico.
Cuando parece que el relato que va haciendo es trivial y ordinario se zambulle sin anestesia en el corazón del asunto y con una lucidez bestial te enrostra lo que muchos preferirían esconder por más tiempo. O ni siquiera ver.
Es que la ignorancia suele ser buenita y consoladora, no así el estado de vigilia y alerta que suele habitar a escritores sagaces y brutales como Didion.
El título del libro no está puesto al azar, por más que sea el azar despiadado lo que haya decidido el argumento central de la trama. O quizás no. El asunto es que Joan Didion no se anda con vueltas cuando relata lo que significó para ella perder a su única hija, ni tampoco vacila en cuestionarse en su rol como madre. ¿Fue lo suficientemente buena? ¿Le dedicó el tiempo que hacía falta? ¿Cómo no supo darse cuenta antes de lo que debería ser tan obvio?
Escribir suele ser fácil para quienes tienen el don de jugar con las palabras. Pero eso no garantiza que la escritura sea sincera. Mucho menos verdadera.
Joan Didion posee el talento en su totalidad: escribe bien, es extremadamente sincera y por eso mismo no puede dejar de ser verdadera hasta la médula.
Luego de perder a su marido, el también escritor y guionista John Dunne, tuvo que vérselas cara a cara con la muerte otra vez. Y de eso trata Blue Nights, de ese instante efímero y poderoso que hunde a la luz en la oscuridad, a la risa en la más absoluta mudez, a la certeza amorosa en el desconcierto más atroz.

"In certain latitudes there comes a span of time approaching and following the summer solstice, some weeks in all, when the twilights turn long and blue...
Blue nights are the opposite of the dying of the brightness, but they are also its warning."

Joan Didion

sábado, 18 de febrero de 2012

El valor de las pequeñas cosas














Una taza de te caliente
Un cálido apretón de manos
El olor a ropa recién lavada
Descalzarse
Echarse de espaldas sobre la cama
Un baño de inmersión
Las uñas recién pintadas
Un abrazo espontáneo
Un beso robado
Un guiño cómplice
Los primeros acordes de esa canción
Una carta de amor
Lavarse la cara
Una noche estrellada
Acurrucarse
Saberse amada
El helado de chocolate
Un vaso de agua helada
Un libro
Hundir los pies en la arena tibia
Zambullirse en el mar
Inspirar aire puro
Oler galletitas recién horneadas
Soñar
Recibir un regalo
Salir con amigos
Ver una peli
Rozar otra piel
Empezar un libro
Besar...

Victoria Branca

martes, 14 de febrero de 2012

Duda existencial



















¿De qué está hecho el amor que
a pesar de resquebrajarse y romperse
no muere?
¿A qué fuerza misteriosa obedece el corazón que
ciego,
sordo
y mudo
ve lo que nadie ve,
oye lo que otros desoyen
y proclama sin decir palabra?
¿De qué está hecho el amor?
¿A qué fuerza misteriosa
obedece el corazón?

Victoria Branca

sábado, 11 de febrero de 2012

Un tiempo para leer...


















Las vacaciones son una oportunidad en donde no valen las excusas para no leer. Al menos, claro, que prefieras más la vida en vivo y en directo que a través de unas cuantas hojas impresas.
Pero hay maneras de robarle minutos a la intensidad de la vida y regalárselos a ese placer tan sencillo que es echarse en cualquier lado a desgranar como las cuentas de un viejo rosario el libro que se pose en nuestra manos.
La profunda Clarissa Pinkola Estés acaba de publicar "Untie the strong woman" (no está traducido aún) una nueva recopilación de historias y relatos centrados, esta vez, en la figura de la madre como protectora y dadora de luz.
En un mundo que durante tanto tiempo exaltó la figura del patriarca y la supremacía masculina, es valioso rescatar las cualidades de la Gran Madre y Diosa que promueve la paz, y no la guerra. La compasión, y no la soberbia. La ternura, y no la frialdad.
Otro libro que acaba de darse a luz es Blue Nights, de la genial Joan Didion. Para leerlo en castellano habrá que tener un poco de paciencia.
Y la tercera en concordia, que ya está recostada con todo su desparpajo en las mesas de las librerías argentinas, es la recopilación de las memorias de Dianne Keaton. Si tienen ganas de conocer más de cerca a esta actriz maravillosa acérquense a su librero amigo y abonen su ejemplar.
Yo, Victoria Sacáan, lo recomiendo.
¡Esos es todo amigos! A leer pero, sobretodo, a vivir.

jueves, 9 de febrero de 2012

Todavía tiene cosas para decir


















Paola Kaufmann es una escritora genial. Es, digo, y no era, porque aunque un autor ya no esté físicamente en este mundo (Paola murió en el año 2006, un año después de haber ganado el premio Planeta de novela) sus palabras trascienden el tiempo y el espacio.
Es una escritora genial y lamento que su vida haya sido demasiado breve, porque de otra forma hubiéramos tenido más libros suyos para disfrutar.
Escribió pocos libros (al menos los que se conocen publicados, porque uno escribe más, mucho más de lo que aparece impreso en el papel): "El lago", con el cual ganó el premio Planeta; el libro de cuentos "El campo de golf del diablo" que contiene esa rara perla que es Humor vítreo; "La hermana", sobre la vida de Emily Dickinson y "La noche descalza" (adónde estás que todavía no te leí...)
Casi todos recibieron menciones y premios. (Esto no garantiza a un buen autor, pero en este caso lo confirma y lo realza)
Y la buena y grata noticia, para mí al menos (sospecho que para unos cuantos), es que Planeta acaba de publicar una recopilación de cuentos inéditos. Con "El Salto", la vida vuelve a imponerse sobre la muerte y las palabras silenciadas de Paola se elevan por encima de tumbas y cenizas y vienen, otra vez, a darle voz a un corazón errante. A un alma vagabunda. A una investigadora de la mente y de las almas. A una genial y mordaz escritora que, según parece, todavía tiene cosas para decir.

lunes, 6 de febrero de 2012

De Vaticinios, profecías y predicciones


















Comenzó el año señalado: 2012 se viene promocionando, desde hace rato, como el final de los tiempos. Pareciera que antes de que cante el gallo en la madrugada del 21 de Diciembre de este año que ya corre habrá que estar munido de paraguas, machete, biblia y unos cuantos sahumerios y rosarios para hacerle frente al misterio que finalmente nos será revelado.
Las profecías que haces miles de años vaticinaron para el futuro las antiguas civilizaciones están a punto de caramelo, según publicitan algunos, y en menos de diez meses tendremos que estar lo suficientemente iluminados si queremos pasar de año sin materias pendientes.
En un mundo que se rige bajo las coordenadas del tiempo y el espacio parece necesario ponerle un marco a todo. Todo debe tener una duración, un principio y, claro, también un final. Los ciclos deben cerrarse adecuadamente. Las estaciones deben sucederse en orden y delimitarse según fecha calendario. Pero los últimos tiempos (valga la redundancia) no respetan nada de eso. Las estaciones obran como mera sugerencia. Donde debiera llover incesantemente, escasea el agua. Donde debiera hacer una temperatura agradable y primaveral, nieva. El invierno ya no es tan frío en una región del planisferio y roza temperaturas dignas de la era de hielo en el otro. Los ciclos ya no son tan cíclicos, ni la rueda gira a un ritmo parejo y obediente. Y esto, el mundo, lo padece y lo provoca. Lo augura y lo establece. Lo teme y lo implora.
Las predicciones tienen el hábito de instalar ideas fijas en la mente y de querer acabar con el misterio natural que fluye de la vida. Porque si hay una certeza inamovible, por más que avancen la tecnología y el conocimiento, es que la vida (incluida la muerte) es un misterio insondable. Se la puede intuir, se la puede develar de a tramos (siempre ya recorridos), se la puede indagar, pero la vida, como hecho natural y espontáneo, con todo lo que encierra y abarca, es una sucesión desordenada de experiencias donde abunda lo inabarcable. Donde uno se topa con el abismo y el límite. Donde confluyen el orden y el sentido, con el caos y el desconcierto. Y, donde indefectiblemente, sobreabunda el misterio.
El ser humano siempre buscó refugio y certeza. Lo primero lo encontró en cuevas y hogares. Junto al fuego, saboreando el alimento tibio y abrazándose por la noche a los seres queridos. Lo segundo, lo encuentra en las explicaciones y los argumentos. En las citas bíblicas. En los templos. En los decálogos y los mandamientos. En las promesas que instalan como infalibles los que se autoproclaman portadores de la verdad.
Pero la verdad no tiene portadores. A lo sumo, tiene curiosos que intentan asirla de la cintura y hacerla suya por un rato. O bendecidos que son tocados por la punta de su varita durante un instante y logran captar una ínfima parte de ella.
Pero como los seres humanos somos impacientes y temerosos, necesitamos que alguien nos diga por donde se sale del laberinto. Cuanto falta para llegar. Donde queda la próxima estación. Con qué habremos de abastecernos para llegar a destino. Y , sobretodo, quién lee mejor los mapas y las brújulas para que nos guíe en el recorrido.
De esos, de los que aparentemente saben conducir rebaños y gentíos, de los que vaticinan y predicen, de los que venden el pack completo de supervivencia a precio especial, hay en exceso.

Victoria Branca

sábado, 4 de febrero de 2012

Brain & Soul storming













Blog en proceso de reacomodamiento de ideas. STOP.
Puesta a punto del alma vagabunda. STOP.
Se espera retorno de la conciencia aletargada en las próximas horas. STOP.
Disculpe las molestias.
Pronto estaremos ofreciéndole el servicio de siempre, mejorado y renovado.
Gracias por su atención.
Cambio y fuera.
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