lunes, 6 de octubre de 2014

La Música que salva



Existe magia en el universo. Lo creo. La viví. Pero no la clase de magia que crea ilusiones y nos devuelve a esa niñez en la que admirábamos sentados los trucos que hacía algún mago con su galera. Existe magia de verdad. Real. Palpable. Hecha de sincronía y de precisión.
Recuerdo un relato que habla sobre la canción propia, aquella que nos devuelve al centro donde anida nuestra verdadera esencia (ver link en este blog: la canción propia)
El alma vibra en una nota musical única e irrepetible. Y cuando por circunstancias de la vida nos alejamos de nuestra canción o desentonamos, necesitamos que otros nos recuerden cuál es la frecuencia en la que nuestra alma canta y se despliega. Olvidarla es ir muriendo de a poco. Por eso, la película que protagonizan Keira Knightley y Mark Rufalo no es para mí un film más. Porque habla de eso, de lo que pasa cuando uno encuentra quién le recuerde la propia canción y lo devuelve a la senda correcta. Porque la música, cuando eleva el alma a la frecuencia adecuada, salva.
¿Puede una canción de amor salvar tu vida? pregunta el título desde la cartelera. Sí, claro...

Victoria Branca