martes, 30 de junio de 2009

PRISMA








"No vemos las cosas tal como son. Las vemos tal como somos", dice el Talmud.
Durísima sentencia si tenemos en cuenta que constantemente nos erigimos en observadores agudos de la realidad.
Desde distintos púlpitos lanzamos pronósticos, vaticinamos destinos, condenamos y absolvemos.
¿En qué momento de la historia nos convencimos de que nuestra mirada es la correcta y la de los demás la errada?
¿Acaso nacimos con un pasaporte de privilegio que nos permite elevarnos más allá del suelo que pisamos para ver de manera omnisciente?
Mirar y ver suelen usarse de forma indistinta para describir la acción de observar, pero no son lo mismo.
Muchas veces miramos sin ver.
Nuestros ojos se convierten en cuencos vacíos que traspasan siluetas, objetos, paisajes, sin captar nada en absoluto.
Y otras, nuestra mirada se transforma en un arma que apunta con desprecio a quienes tenemos enfrente.
Y nuestras pupilas se metamorfosean en platillos implacables con los que sopesamos las acciones y omisiones de los demás.
No es azaroso que la mayoría de los milagros relatados en el nuevo testamento hablen de ciegos que ven y que son sanados a través del barro y la saliva. Dos elementos, tierra y agua, que nos ayudan a salir de la oscuridad.
La tierra, porque nos conecta con aquello de lo que estamos hechos: "un barro que no está bien cocido todavía", como decía en toda su lucidez el poeta León Felipe.
Y el agua, porque todo lo limpia y aclara. Venga ésta de la lluvia, de las lágrimas o de un beso de amor.
No vemos las cosas tal como son porque nuestra mirada está impregnada de nuestra historia.
De creencias y heridas.
De sueños truncos.
De trazos y puntadas que conforman nuestro yo.
Nos imaginamos a los ciegos sumidos en las sombras. Aislados.
Pero así estamos todos cada vez que pretendemos enderezar al que camina torcido ante nuestros obstruídos ojos. Olvidando que ellos son espejos, y que lo que vemos delante es un reflejo de lo que somos.

Victoria Branca

1 comentario:

  1. Mama: esta muy bueno tu blog me gusta mucho
    te quiere
    mery

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