jueves, 10 de octubre de 2013

Lo inmediatamente anterior


En el principio era el verbo, dice el génesis; no dice: la palabra. Tal vez porque el verbo es más que la palabra. Es la palabra en acción. Aquello que al ser dicho, nombrado, sucede. Pero sin intervalo entre una acción y otra sino en simultáneo. Al mismo tiempo. En el instante preciso del momento presente que, a la vez, es eterno.
A la palabra la precede el silencio. Como a la creación el caos. Lo inmediatamente anterior es su opuesto, un oxímoron vital que en plena obturación del entendimiento inaugura un resquicio de luz.

De la inmovilidad surge el movimiento.
Del reposo, la acción.
Pero entre ambos media
un compás de espera.
Un espacio.
La pausa necesaria
para que ocurra
el milagro.
El que transforma al gusano
en mariposa.
A la célula
en embrión.
A la mudez
en canto.
A la pena
en esperanza.
A la distancia
en amor.

Victoria Branca

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