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En la película "El náufrago", el personaje de Tom Hanks queda varado en una isla perdida en el medio de la nada luego de que la avioneta en la que viajaba se estrellara en el océano. A medida que pasan los días, la marea arrastra hacia la costa algunos paquetes de correo que transportaba el avión y que, al igual que él, no llegaron a destino.
El náufrago va abriendo uno a uno los paquetes y sirviéndose de lo que pudiera serle útil para sobrevivir. Pero hay una caja que no abre. Tiene escrita una dirección ignota y un par de alas dibujadas.
Es una situación extrema y nada le hace creer que podrá salvarse. Pero él quiere mantener encendida una pequeña llama de esperanza. Por eso decide que será esa caja con alas su tabla de salvación. Y que irá él en persona a entregársela a su destinatario en cuanto termine de construirse una balsa y hacerse a la mar.
La caja permanece cerrada, cobijando en su interior el sentido que puede torcer definitivamente la vida del que ya no tiene fuerzas y está a punto de dejarse caer.
Que en esta Navidad recibas una cuota extra de esperanza, para que en épocas de naufragio, cuando mermen tus fuerzas y decaiga tu fe, sepas que existe un recipiente que custodia y cobija un nuevo sentido para tu vida.
Este blog y yo nos tomaremos unos días de descanso. Esperamos volver renovados e inspirados para seguir acompañándote en el 2011.
Que tengas unas benedecidas Fiestas,
Victoria