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El prerrequisito por excelencia para crear es el juego.
La capacidad lúdica es la plataforma de donde sale impulsada el alma para expresarse a sus anchas.
Cuando de crear se trata hay que entregarse de manera plena y confiada al proceso creativo sin tener en mente resultado alguno.
La cualidad del coraje (cor: corazón) será una aliada imprescindible en el camino creador.
La inspiración es un don y un deber. Cuando llega hay que estar dispuesto a seguirle el paso. Y cuando no llega hay que armarse de paciencia y seguir abocado a la tarea como si ya hubiese llegado.
El control perjudica la creación. Hay que atontarlo y distraerlo para que no entorpezca la audacia y el arrojo necesarios que necesita la creatividad.
Hay que encarar la creación con un ardiente espíritu de exploración. Como si uno saliera de expedición en un bosque o territorio nuevo.
El placer es sugerido, recomendado y hasta obligado en el arte de crear. No está prohibido. Y es gratis.
La imaginación no está loca, ni hay que confinarla al cuarto del fondo. Es, nada menos, que el abono de las grandes ideas, el nutriente indispensable para la salud y la savia vital que activa y despierta todos los sentidos. Incluso, el común.
La lógica y los silogismos no son creativos. Tampoco el razonamiento. Mucho menos los prejuicios.
Para crear no hacen falta trámites ni formularios. Ni permisos o prórrogas. Tampoco visados y autorizaciones.
Y en cuanto a los errores, ¿qué es eso?
Victoria Branca
2 comentarios:
¿Que es eso?
Claro...genia!!!!!!
Besos!!!!
"Y en cuanto a los errores, ¿qué es eso?"
Victoria recién me llegó tu libro, quiero estar en casa para empezar a leerlo!!
Besos y abrazos muy grandes!!
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