lunes, 7 de septiembre de 2009
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Creo en vos, ser humano como yo, que creas cada día un mundo nuevo.
Creo en tu poder y en el mío, que participa del cielo y de la tierra.
Creo en el que es padre por obra y gracia del amor; y creo en la que es madre de espíritu generoso y atento.
Creo en los hijos que vienen al mundo cuando lo desean y se van de nuestro lado cuando menos lo deseamos.
Creo en el corazón del que sufre, que sigue latiendo a pesar de todo.
Creo en las caricias y en el abrazo; en la mirada que desnuda y se desviste sin prisa.
Creo en los besos apasionados que nos resucitan el alma.
Creo en los secretos cuando son conservados, porque maceran en el silencio y la lealtad.
Creo en las lágrimas que mojan la tierra impregnando a las flores de sales y zumos.
Creo en el lecho y el pan compartidos, en las manos que lavan juntas y en las copas que se elevan por los otros.
Creo en las carcajadas que estallan como truenos musicales y contagian a los serios y cabizbajos.
Creo en los atardeceres y en el crepúsculo, pero sobretodo en el brillo de un nuevo amanecer.
Creo en la palabra que sopla en los oídos de los que están despiertos; y en los susurros que rozan con sus labios a los que quisieran morir.
Creo en mis abuelos, que lucharon y resisitieron a los vientos más huracanados.
Creo en mis hijas, que escribirán nuevos capítulos en el libro de la vida.
Creo en los horizontes que nos muestran el rumbo, y en las estrellas que palpitan serenidad desde lo alto.
Creo en la luna, que es femenina y sigilosa; y en el sol, que cobija y da calor.
Creo, sobretodo, en el amor, que con sus pétalos y espinas se clava hondo en el pecho humano, para hacer del agua insulsa el mejor de los vinos.
Victoria Branca
2 comentarios:
A veces esperamos escenarios óptimos para poner en marcha nuestra vida, por ejemplo, la primavera.
¿Qué pasa cuando los inviernos se alargan y las primaveras no llegan?
... la bicicleta se oxida, la tapas los yuyos y desaparece de la propia vista. Así nos vamos olvidando que la bicicleta estaba ahí. Pero hay una buena... "Dicen que nadie olvida como andar en bicicleta".
Propongo no esperar las primaveras y largarse a andar en los inviernos...
Uy Gonzalo... Lo de los yuyos que tapan la bicicleta me perturbó. No me gusta nada que haya yuyos, malezas, etc que tapen lo importante y que después ya no lo vea...
Pero es verdad que si uno espera que las condiciones sean óptimas, o que se amolden a planes y expectativas propias tal vez esos momentos no lleguen nunca. Procrastination, le dicen en inglés. Ese posponer y evitar, que lo que evita es la vida misma.
Gracias por tu sabia reflexión.
Beso!
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