miércoles, 30 de junio de 2010

El canto de lo Indecible


















En todas las lenguas y las tradiciones, el silencio se relaciona con la noche, que es, en cierto modo, el momento en que los colores y las formas callan.

Cuando se escribe desde el silencio, las palabras desaparecen.

La poesía es el lugar donde todo es posible.

Sólo la poesía trastoca y nos trastorna, tocada por la gracia que es la alegría del lenguaje cuando deja de tener un fin utilitario, cuando irradia la presencia y no el significado de las cosas.

El poeta es un gran terapeuta, porque todos estamos heridos y es el poeta quien sabe dónde está el lugar de la herida.

Las relaciones más fundamentales que emprendemos están hechas de palabras conversadas y de miradas comunicadas y comunicantes.

Sin la palabra, sin el pan y la magia de la poesía, que es palabra en plenitud, no nos salvaremos.

La poesía es el canto de lo indecible.

Extractado del libro de Ivonne Bordelois,
"Del silencio como porvenir"

martes, 29 de junio de 2010

Una cierta perspectiva


















Viajar, como leer, me permiten mirar mi propia vida en perspectiva.
Cuando me alejo de mi país, de mi casa, de mis rutinas, de las personas que comparten sus días conmigo, accedo a una mirada nueva, distinta a la que venía teniendo hasta antes de partir.
Tomar distancia, y esto no es novedad, ayuda a observar las cosas con mayor nitidez.
Pareciera que cuando uno anda inmerso en su vida cotidiana, algunas cosas (y también personas) perdieran definición y uno se acostumbrase a verlo todo fuera de foco.
Y así se desenvuelve la vida, cubierta por cierta bruma difusa, desdibujada, en donde uno solo sigue haciendo lo mismo de siempre, con la gente de siempre, de la misma forma de siempre.
Salirse por un rato de ese escenario en que se desarrolla la propia vida permite que uno la observe con una lente nueva. Que haga zoom en detalles que antes pasaban desapercibidos. Que destaque insignificancias que por pequeñas parecen menos importantes, pero que son primordiales.
Y en ese oficio transitorio de fotógrafo de la vida, uno deja de darse respuestas automáticas y se anima a hacerse nuevas preguntas.
¿Por qué le doy tanta importancia a esto y pongo en riesgo aquello que de verdad importa?
¿De qué me protejo protegiendo esta versión falsa de la realidad?
¿Cómo es que sigo poniendo el foco en aquella mancha y colaboro para que se desdibujen esos destellos de luz tan necesarios?
¿La vida de quién estoy viviendo? ¿Por qué no la mía?
Y las preguntas se convierten en dedos sabios que van ajustando la lente hacia los objetivos correctos.
Y uno accede a que las sombras estén donde deban estar. Y a que la luz destaque lo que tenga que destacar. Y a que aparezca la imágen tal como es, sin retoques. Sin velos. Sin adulteraciones.
A veces es necesario alejarse físicamente de algo, o de alguien, para ver mejor. Pero no siempre. Uno puede lograr esa cierta perspectiva deteniéndose por un momento en el acelerado trajín cotidiano. O retirándose a alguna habitación propia donde nada ni nadie se entrometa. O sumergiéndose en las páginas de algún libro develador. O animándose a caer en el amor (fall in love) sin paracaídas ni planes de vuelo. O entregándose al fluir natural, caótico y tremendamente vivo de la vida. O... (completa la linea punteada)

Victoria Branca

lunes, 28 de junio de 2010

Ya volví


















El hotelito perdido en el mundo resultó tener algunas sucursales.
El blog y yo caminamos kilómetros y kilómetros de callecitas de Europa.
Cruzamos antiguos puentes de un lado al otro. Sacamos modernas fotos desde todos los ángulos posibles. Comimos al paso y en restorancitos típicos.
Volvimos al viejo barrio en Paris...
Fue un viaje de reencuentro. De inspiración. Un regalo que llegó en el momento justo.
Todavía estoy fuera de la órbita planetaria. Mi alma tal vez siga haciendo cola en algún puesto de migraciones fuera del tiempo.
Pero yo volví. Y en cuanto una a toda la tropa que me puebla me re-conecto y les cuento cosas lindas.

viernes, 11 de junio de 2010

Luna de Miel
















Este blog y yo nos vamos a celebrar nuestro primer año juntos.
Reservamos un hotelito perdido en el mundo y pensamos quedarnos allí unos cuantos días.
No queremos diarios ni TV. Tampoco revistas ni libros.
Llevamos un bolso pequeño, máquina de fotos y muchas ganas de pasarla bien.
No dejaremos coordenadas para que nadie nos encuentre.
Sóle le abriremos la puerta, y de a ratos, a la imaginación.
¡Hasta la vista, babies!

jueves, 10 de junio de 2010

Vivir la Verdad


















Enfrentar la verdad arraigada en el pasado es nuestra mayor fuente de poder.

El impulso de mantener en secreto nuestra verdad -y especialmente nuestro dolor- es uno de los elementos más comunes, potentes y tóxicos de la naturaleza humana.

Si queremos tener la autoestima necesaria para llevar una vida plena, tenemos que ver cuándo y cómo nos privaron de ella.

Ignorar las realidades de la vida -especialmente las dolorosas- sólo contribuye a que los patrones negativos determinen de manera inconsciente el futuro de nuestras vidas.

Vivir la verdad es algo que se da naturalmente cuando comienzas a negarte a vivir una vida de ficción.

Cuando dejes de vivir la ficción y comiences a vivir tu verdad, empezarás a sentirte más fuerte, pues dejarás de ver a tus demonios a través de los ojos de un niño, y comprobarás que eres más fuerte que aquello que te produce miedo.

Si no hacemos un esfuerzo real para ver los dramas que hemos vivido, considerándolos como son y no como quiséramos que fueran, estos dramas siempre se manifestarán.

Vivir la verdad significa desenterrar los capítulos dolorosos de tu vida, dejar de culpar a quienes te han herido, y liberarte para "escribir" capítulos llenos de poder y amor en el futuro.


Extractado del libro
Vivir la Verdad,
de Keith Ablow

miércoles, 9 de junio de 2010

Este Blog cumple un año!


















Y quiero celebrarlo con todos ustedes,
mis seguidores y visitantes,
los que se asoman a pispear y no quieren irse.
Los que disfrutan la música y se deleitan con las imágenes.
Los que me hacen sus comentarios y me dan su apoyo.
Los que me abren sus corazones y me recuerdan mis propias heridas.
Los que me visitan en silencio y hacen eco de mis palabras.
Los que lloran y se emocionan,
los que rien y se sorprenden.
Gracias por caminar conmigo!

martes, 8 de junio de 2010

Italiano: Lección n° 3


















Dunque, cosa prendiamo?
Non so...io ho un po´ di fame... Scusi, possiamo avere il listino...il menu?
Grazie! Vediamo...
Io so gia cosa prendo...vorrei un cappucino.
Ma come? Il cappucino dopo pranzo?!
É che oggi ho dovuto pranzare presto, piú di due ora fa. Tu, Claudio, hai deciso?
Mah, non so...prendo un tramezzino. No, anzi, meglio se prendo un cornetto...Cameriere!
Prego
Dunque, un cappucino per lei, un caffé macchiato per me e una bottiglia d´acqua minerale.
Dáccordo, grazie!

lunes, 7 de junio de 2010

Ponerse en sus zapatos















Lección repetida y que no caduca: "Hay que ponerse en los zapatos del otro". Cuyo significado puede traducirse en que hay que saber estar en el lugar de ese que no sos vos, y al que seguramente aluda la cuestión, para entender sus motivaciones o desmotivaciones, su proceder, su error, etc.
Para poder meter un pie en zapato ajeno primero hay que quitarse el propio. Asunto difícil ese de descalzarse la propia orma y dejar el punto de apoyo a la intemperie...
Y ello multiplicado por dos.
Plantarse sobre el calzado ajeno puede no ser un viaje heroico. Caminar con ellos, esa es otra historia.
Según el tipo de manual de convivencia de cada hogar, ponerse en el lugar del otro significará una cosa u otra.
Algunos lo toman como una misión del altísimo y se la pasan metiéndose en los zapatos, la cartera, los papeles y todo cuanto constituya la vida privada del prójimo. Otros, están excesivamente satisfechos con su propio andar y ni se les ocurre que exista la empática posibilidad de habitar por un rato el sentir ajeno.
Están los que intuyen que esa sería una intromisión interesante, pero terminan siendo respetuosos en exceso.
También están quienes meten la punta del dedo y salen despavoridos por temor a ser tragados por quién sabe qué agujeros y remolinos.
Y existen, por gracia, quienes aprenden a hacer a un lado los temores y el egoísmo y se adentran cuando es necesario en esas vidas que se entrecruzan con la suya. Entran, perciben y salen. No permanecen allí más de la cuenta.
Pero al salir, traen como botín una mirada y comprensión nuevas.
Y al calzarse otra vez los zapatos propios, están mejor plantados que antes. Porque al animarse a abandonar por un rato las creencias personales, los propios puntos de vista, las ideas preconcebidas y los prejuicios, el mundo se ensancha.
Y también ellos.

Victoria Branca

sábado, 5 de junio de 2010

¿Qué me pongo?


















Hoy tengo una fiesta.
¿Qué me pongo?
¿Algo que disimule mis rollos y matice mi tristeza?
¿Algo que resalte mis aciertos y esconda mis miserias?
¿Un vestido recto, sobrio y atinado?
¿Uno suelto, fresco y desenfadado?
¿Me maquillo en exceso y modero los bocaditos?
¿O viceversa?

Espejito, espejito
¿Qué es la belleza?

¿Cubrirse y camuflar el alma?
¿Disfrazarse para zafar?
¿Adornar la periferia para distraer y distraerse?

Estoy algo densa para la liviandad de una fiesta,
silenciosa y distante,
en mí misma y a resguardo.
¿Qué me pongo?
¿El manto de invisibilidad de Harry?
¿El corsé de una dama del siglo XIX, que asfixie la verdad y resalte la carne?

Espejito, espejito,
no me muestres desnuda
que la vida se sostiene con ropa
y maquillaje.

viernes, 4 de junio de 2010

Cántico Existencial



















Y le dieron a luz
desde las sombras
Y su cuerpo de arcilla
se ovilló en su guarida

Los cielos inmensos
le insuflaron el alma
y los pechos generosos
lo alimentaron

Se arrimó despacito
al calor de su cuna
señalando a los astros
que giraban gloriosos

Estiró sus manitos
hasta tocar los bordes
de la existencia y
el destino

¿Qué dones le obsequiarán al niño,
que viene a la tierra entero
para luego ser dividido?

Victoria Branca

jueves, 3 de junio de 2010

Retrocede a tus Deseos



















Para descubrir lo que quieres, retrocede a tus deseos.

Hacerse la simple pregunta de "¿qué es lo que verdaderamente quiero?" no solo resulta arriesgado sino revolucionario.

El querer representa intenciones que finalmente deben hacerse públicas y que quizás entren en conflicto con lo que quieren otras personas.

Descubrir nuestros verdaderos deseos constituye una aventura heróica, un descenso a las profundidades de uno mismo.

Toda cultura es una conspiración para convencer a sus miembros de que se adecuen a lo que se considera "correcto" y "bueno".

A menudo no nos arriesgamos a permitir que nuestro verdadero querer emerja a la conciencia porque tememos el conflicto que provocará o la tristeza que sentiremos al tener que reconocer los años que malogramos conformándonos y dejándonos gobernar por las exigencias de los otros.

Extractado del libro
El leguaje de las emociones
de Sam Keen

miércoles, 2 de junio de 2010

Lady Godiva














Lady Godiva fue una heroína inglesa, casada con el Conde de Chester que vivió en el condado de Coventry en Inglaterra en el siglo XI.
Famosa por su belleza y de un gran corazón intercedió por su pueblo ante su esposo para que rebajara los impuestos ya que si ellos pagaban el monto estipulado no tenían resto suficiente para vivir.
Su esposo le dijo que le concedería ese favor si ella atravesaba desnuda y a caballo la ciudad.
Godiva, conmovida por los ruegos de las madres que le suplicaban su ayuda, accedió al pedido caprichoso del conde, pero antes pidió a sus vasallos que mandara a que la gente del pueblo se encerrara en sus casas y no mirara hacia afuera mientras ella realizaba el recorrido.
Se cuenta que el pueblo entero respetó la orden de su dama excepto un pícaro sastre, luego apodado peeping Tom, que espíó a través de las persianas y luego quedó ciego.
Tennyson, el poeta, escribió un poema inspirado en la leyenda donde escribe:

"The woman of a thousand summers back, Godiva...
Clothed with chastity,
built herself an everlasting name."

"Godiva, la mujer de los mil veranos en su espalda...
revestida de castidad,
hizo de su nombre una leyenda eterna."

martes, 1 de junio de 2010

I´m knitting in the rain...
















No sé si fue el frío o el impasse del Bicentenario, pero se me dió por tejer.
Fui a una mercería de mi barrio y compré agujas y lana, y sin preámbulos le pedí a la dueña que me refrescara cómo era el asunto.
Elegí un ovillo gris claro y me lancé a tejer una bufanda para mi hija menor.
Ya casi la termino. Sólo me queda volver a lo de la Mercera (¿se dice así?) para que me refresque también de qué manera se cierra el asunto.
Cerrar los asuntos... ¡Qué tema!
Tejer tiene algo de mágico para mí. Me remonta en un mismo segundo a mi abuela (pero ella me hacía vestidos con su máquina de coser) a una chimenea y un piano. A la sensación de hogar y seguridad. A ser arropada como una niña...
Tejer es para mí una forma de meditar.
Rozar las agujas como si fuesen pequeñas espadas benignas mientras entrecruzo el hilo de lana, me centra. Me enfoca. Me conduce lejos del vértigo del mundo exterior hacia un sereno refugio interior.
No pretendo ir más allá de las bufandas (tampoco quiero ser cargosa con la simpática mercera) así que seguiré coqueteando con las agujas a mi modo.
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