lunes, 31 de enero de 2011

La casa más linda de la playa














Todavía no termino de decidir qué es lo que más me gusta de esta película, si es la belleza inalterable y fresca de su protagonista que ronda los 60, sumado al hecho de que sea escritora y tenga la casa más linda de la playa; o la seguidilla de gags acertadísimos y la química genial entre todos los que actúan en la película.
Pensándolo bien, no deberían importarme las razones. ¿O acaso uno siempre sabe por qué le gusta mucho algo?
El asunto es que "Alguien tiene que ceder" (así la tradución al castellano de "Something´s gotta give") es de esas películas que puedo ver veinte veces al año sin cansarme.
Diane Keaton está genial. Keanu Reeves es un bombón. Jack Nicholson está fuera de toda categoría y hace un papel a medida. Los escenarios son maravillosos (¡¡¡esa casa!!!) y el basamento perfecto que sostiene la trama y las excelentes actuaciones es, sin lugar a dudas, el magnífico guión.
Si no la vieron aún, imperdible.

miércoles, 26 de enero de 2011

Los recovecos del Alma

















Retirarse de la vida cotidiana es como salirse de la frecuencia del tiempo. Los ritmos se hacen más lentos. Las preocupaciones se debilitan. Pareciera que la marcha de todos los días quedara suspendida en un espacio de gravidez, ajena a toda la gravedad que le imprime el mundo moderno y sus dictámenes.
Salirse por un rato de la autopista del deber y los quehaceres puede ser uno de los devíos más acertados en el curso de la propia vida.
Buscar un refugio de paz en medio de la jungla citadina se ha convertido en una de las necesidades básicas para mí. La hecatombe de ruidos incesantes, de estruendos emocionales, de exabruptos del alma que ha quedado atrapada entre las rejas y las redes sociales, entre los entuertos del pasado y las inclemencias de un presente precipitado, a merced de los hilos que teje y desteje a su antojo el pulso de la hiper modernidad, me expulsan hacia adentro. Adonde no hay titiriteros ni ilusionistas. Donde el silencio y la calma son la moneda de intercambio habitual. Donde no es pecado ni inercia no hacer nada. Donde el pensamiento cotiza en baja y el mal humor es un rumor lejano que se pierde en el horizonte.
Los recovecos del alma pueden ser sinuosos, sí, pero de recorrido obligatorio si quiero andar mi propio y personal camino.
No cuento los kilómetros que faltan para llegar. Voy andando. Paso a paso. Con la única certeza de que no hay certezas. Sólo esta vida que me ha sido dada, y cuyo significado se me va revelando al andar...

Victoria Branca
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Un arma poderosa

Un arma poderosa