lunes, 26 de diciembre de 2011

Temporariamente fuera de servicio














Queridos lectores:
Este blog y yo nos tomamos vacaciones.
Fue un placer y un gusto compartir este año con ustedes.
Nos reencontramos, si la vida así lo dispone, en febrero. Con inspiración renovada y nuevas miradas.
Les dejo mi música, mis palabras, y todo mi agradecimiento por estar ahí, bien cerca.

Victoria

domingo, 25 de diciembre de 2011

Una Bendición














Que tus pasos te lleven en dirección a tus sueños.
Que encuentres en el camino quienes te recuerden que estamos aquí de paso,
pero que nadie está de más.
Que conozcas en profundidad la alegría y también el dolor,
porque así podrás ser reverente con la alegría y el dolor ajenos.
Que lo ajeno sea cada vez menos desconocido y más tuyo.
Que aunque caigas puedas ponerte de pie y emprender la marcha otra vez.
Que aunque dudes puedas confiar.
Que aunque sufras puedas amar.
Que aunque te hieran puedas perdonar.
Que aceptes y cuides a quien te ha sido dado a cargo: tu mismo.
Que te permitas disfrutar y celebrar lo que la vida vaya presentándote en el camino, y cuando no encuentres razones para festejar, que encuentres a alguien que celebre y festeje tu existencia.
Que la naturaleza te enseñe, te cobije y te inspire.
Que haya música y danza en tu haber.
Y cuando te pierdas en medio del tumulto,
que tu alma te lleve de regreso a casa y te recuerde para qué te trajo a este mundo.

Victoria Branca

viernes, 23 de diciembre de 2011

Mi Deseo


















Querido Papá Noel,
esta navidad no quiero pedirte nada especial. Si tengo que ser sincera, y no oportunista, debo confesar que en lo más profundo de mi ser me siento infinitamente bendecida.
Que yo a veces no me sienta en sintonía con la la sabiduría de la vida no significa que me falte algo.
Se que todo está bien, aún aquello que yo quisiera cambiar a mi capricho. Sé que están junto a mí los que tienen que estar, y los que no, tenían otros planes.
No creo que nadie me deba nada, lo que no llegó hasta mí no estaba en mi hoja de ruta.
Intuyo que los engranajes del mundo giran en sentido diferente a los círculos que no son de este mundo. Y yo me pierdo, muchas veces, en la rotación alocada e incesante en la que nos perdemos tantos. Pero aún así, está bien que así sea. O, al menos, no está mal. Porque ¿qué es el mal? ¿Según la mirada de quién algo cae del bando de lo bueno o el de lo malo?
La vida es una suma fascinante de experiencias y yo, hoy, no quiero perderme de nada.
Las oportunidades llegan a la estación más cercana, sólo algunas veces se detienen en mi puerta y, cuando es así, ¡más vale que esté pronta y dispuesta a aprovecharlas!
Con la edad fui sumando temores nuevos y venciendo otros. Pero tengo miedos que a veces me impiden lanzarme confiada a lo que la vida me propone. No sé cuál sea la receta secreta y perfecta para desterrar los propios miedos pero mientras tanto respiraré hondo y repetiré en silencio algun mantra poderoso.
No creo que haya cosas para las que sea tarde aunque sí pienso que hay ciertas cosas que es mejor dejárselas a los más jóvenes o los más osados. Las otras, las que aletean cerca de mi alma de manera insistente, esas quiero hacerlas. Voy a hacerlas.
No espero regalos materiales para esta Navidad. Pero si en medio de tu extensa jornada laboral encontrás un hueco para deslizarte por mi chimenea, te pido que le hagas unos pases mágicos a mi guitarra. Está un poco vaga, la pobre. A ver si se desenfunda, se afina y se posa sobre mis piernas.
Del resto, me ocupo yo.
Con todo mi agradecimiento, te saludo en vísperas del día más agitado de tu año,

Victoria

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Correo para los que ya no están


















Es inevitable, cuando se acercan celebraciones y festejos, no acordarse de los que ya no están.
Las fiestas reúnen a los seres queridos, los congregan alrededor de la mesa para compartir el año que pasó. Si hay asperezas o rencores, se intenta hacer una tregua para esas fechas, y si no, la tristeza se hace más palpable comparada a la alegría que promueven los que desean festejar.
Cuando el corazón aún transita el sabor amargo de la ausencia se hace difícil participar de estas fiestas. No se tienen la fuerza ni las ganas. Más que nunca se hace grotesco el espíritu navideño. No porque sea falso, sino porque no es acorde al réquiem que entona el alma.
Las fechas son inamovibles, al igual que el estado de ánimo. Aunque se intente disimular la pena profunda que inunda el corazón, el dolor está más presente que la euforia. Y está bien que así sea. ¿Quién dijo que la noche buena deba ser una fiesta alocada, de risas forzadas y ruidos estruendosos?
La navidad recuerda un nacimiento que tuvo lugar en un simple pesebre. Sin multitudes. Sin mesas atiborradas de comida ni apremios y prisas por resolver asuntos de última hora.
El nacimiento ocurre en plena noche. En el más absoluto y reverente silencio. Puertas adentro. Ajeno a las miradas indiscretas y las críticas insensibles. Lejos del mundanal ruido. En lo secreto.
Y allí, en lo secreto, es donde ocurre el milagro.

Victoria Branca

martes, 20 de diciembre de 2011

¿Cuáles son tus deseos?















Parece una pregunta trivial y obvia, pero no lo es.
Muchas veces sabemos mejor lo que no queremos que aquello que deseamos.
Desear no es lo mismo que querer. Es más intenso. Es más profundo. Es más visceral. Y está conectado, la mayoría de las veces, con nuestra verdadera esencia.
Los deseos son avenidas por las que circula nuestra pasión. Me refiero a ese pathos que nos conmueve y nos empuja en dirección a nuestros sueños, hacia los objetivos que traza nuestra alma aún antes de plasmarse en nuestro cuerpo.
Los deseos permanecen, a veces, dormidos en algún rincón del corazón, aletargados, esperando que se encienda esa chispa que los dispara como un fuego (para nada artificial) hacia el espacio. Y los ubica temporalmente en el tiempo en que transcurre nuestra vida.
Los deseos son turbinas y motores que propulsan aquello que vinimos a hacer aquí en la tierra.
No son caprichos. Nos son modas ni tendencias. No están adulterados ni homogeneizados. No contienen aditivos ni conservantes. Pero si no se los pone en marcha, caducan. Porque los deseos no cumplidos son sueños vencidos. Y el sabor que dejan en el pecho y en la boca es amargo.
No es egoísta preguntarse por los propios deseos. Es parte de la condición humana y, sobretodo, un derecho.
Quien pasa de largo y desoye la voz de los deseos lo paga tarde o temprano. No en forma de castigo sino en forma de tristeza.
Mirar hacia atrás y darse cuenta de que hubo pocos deseos propios lanzados a viva voz a este magnífico escenario que es la vida provoca desasosiego.
Por eso, porque no es tarde, y porque aún hay tiempo, ¿cuáles son tus deseos?

Victoria Branca

lunes, 19 de diciembre de 2011

La punta del Iceberg
















Decía Hemingway que él siempre trataba de escribir teniendo en mente el principio del iceberg: que es siete veces mayor lo que se esconde debajo del agua que lo que se ve en la superficie.
Si lo que se ve es apenas una punta de lo que se oculta bajo el agua, si lo que se dice es una ínfima parte de lo que se calla, ¿Cómo puede conocerse la historia completa?
Una historia se va desenvolviendo de a poco, no sólo para el que la vive, sino también para quien la cuenta.
Tener que explicarlo todo es menospreciar al lector. ¿De qué sirve darle de comer en la boca a quién desea ponerse de pie y servirse él mismo de la fuente?
No vemos la realidad tal como es, sino tal como somos; reza otro dicho. Con los cual un mismo libro será infinitos libros según la infinidad de lectores que se reflejen en él.
Leer es un acto de libertad (o al menos debería serlo). Nadie marca el ritmo y la profundidad de la lectura más que quien lee en ese momento. Y nadie puede imponerle al lector (ni siquiera el autor) qué frases quedarán grabadas en las retinas de su alma y qué otras desaparecerán de un soplido.
Escribir la propia historia es, además de un acto de arrojo, una zambullida a esos huecos profundos de la memoria, donde hay restos encallados, tesoros estancos, peces, corales, cadáveres...
El capitán del Titanic no vio siquiera la punta del iceberg. A algunos lectores les pasará lo mismo. Seguirán de largo donde hubiera sido menester pasar la noche.
La corriente arrastra a todos por igual y hacia el mismo lado. Pero mientras algunos se desesperarán por arribar pronto a la costa donde sentirse a salvo, otros se dejarán llevar por los vaivenes del agua hasta ser depositados en la orilla.
En la superficie se está a salvo, en las profundidades acecha el peligro.

Divagaciones de una autora frente a la página en blanco...

Victoria Branca

viernes, 16 de diciembre de 2011

Peras al Olmo


















Todo tiene su momento bajo el cielo.
El lugar que ocupo,
la voz que me expresa,
las manos con las que toco,
los ojos para captar lo posible,
la mente para acceder a lo imposible...

Celebra la vida quien la agradece.
Maldice los días quien pierde el rumbo.
Añora el que no suelta
y pretende volver sobre sus pasos.
Pero los pasos se disuelven en la tierra
y los que no,
no me pertenecen.

Lo que es efímero aún trasciende,
y lo que no
calcifica.

No soy dueña de nada,
ni siquiera de mí misma.
La ilusión divide.
La quietud,
magnifica.

Victoria Branca

jueves, 15 de diciembre de 2011

La vida es aquí y ahora


















1) No obedezcas órdenes de nadie, a no ser que también provengan de tí mismo. (Never obey anyone´s command unless it is coming from within you also)

2) No hay más Dios que la vida misma. (Theres is no god other than life itself)

3) La verdad está dentro de tí, no la busques en otro lado. (Truth is within you, do not search elsewhere)

4) El amor es oración. (Love is prayer)

5) Convertirse en nada es la puerta hacia la verdad. La nada es el medio, el objetivo y la meta. (To become a nothingness is the door to truth. Nothingness itself is the means, the goal and the attainment)

6) La vida es aquí y ahora. (Life is now and here)

7) Vive despierto. (Live wakefully)

8) No nades, flota. (Do not swim, float)

9) Muere a cada momento para que puedas ser de nuevo a cada momento. (Die each moment so that you can be new each moment)

10) No busques más, lo que es, es. Detente y mira. (Do not search, that which is, is. Stop and see)

Los diez mandamientos de Osho,
Osho´s ten commandments

martes, 13 de diciembre de 2011

Los Otros














Es más cómodo y menos peligroso caminar junto a los míos. Ir de la mano, si es posible, y mirar todos hacia el mismo lado.
Deberemos sintonizar el ritmo y la presión de la pisada. La respiración y las pulsaciones.
Iremos en bloque impulsados por las mismas convicciones. Bajo ningún punto de vista (que no sea el nuestro) miraremos hacia los costados. No importa lo que suceda a nuestro alrededor, nos mantendremos firmes y perseverantes porque el mundo es de los que no vacilan.
Entonaremos la misma canción. La que aprendimos en nuestra niñez guiados por nuestros padres. Cantaremos al unísono unificando todas las voces.
Usaremos las mismas ropas y los mismos preceptos. Nos sentaremos en las mismas sillas y nos reiremos de las mismas cosas. Usaremos la misma vara para medir al resto, pero entre nosotros no habrá medida.
Podremos mirar hacia atrás sólo para reverenciar a nuestros antecesores. Pero sostendremos la mirada en alto y hacia adelante.
El único peligro, del que nos defenderemos a pesar del miedo serán ellos: los otros.

Victoria Branca

lunes, 12 de diciembre de 2011

Regalar Libros


















Acaba de salir el segundo libro de recetas de la chef Juliana Lopez May.
Colorido y con recetas fáciles de llevar a la realidad, tiene platos para todos los paladares y bolsillos.
Es un lindo regalo para esta navidad.
Y si lo tuyo es regalar libros, también están a la venta ejemplares de mis libros: "Con los pies desnudos" y "Tal vez mañana". Si te interesa alguno escribime a mi mail y combinamos para que lleguen a tus manos.
Y al igual que en el súper, si llevás dos tenés un descuento.
Si llevás tres va otro de regalo.
Si llevás cuatro sos un amor,
y si llevás más te ganás una cena con la autora...
Cada libro sale $60.
¡Hagan sus apuestas!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Aquí NO es (Revisited)


















Si buscás dónde descargar tu malestar e inconformismo,
aquí no es.
Si esperás que cargue con tu responsabilidad mientras vos despotricás por lo mal que lo hacemos los demás,
aquí no es.
Si creés que ya nada puede hacerse y que todo está perdido,
aquí no es.
Si vivís anclado en el pasado y no tenés intención de salir de allí,
aquí no es.
Si buscás aliados para diseminar odio,
aquí no es.
Si pretendés pasar por encima de mi libertad para ejercer la tuya,
aquí no es.
Si te interesan el chisme y la crítica despiadada,
aquí no es.
Si venís a hacer ruido y encima no traés nueces,
aquí no es.
Si traés espada y resentimiento no insistas,
aquí no es.
Si venís disfrazado de cordero, munido de agravios,
aquí no es.
Si tu talento es pisotear heridas, ¡No te atrevas!,
aquí no es.
Te repito: Aquí NO es.

Victoria Branca

Dedicado al anónimo cobarde y mediocre que confundió
mi blog con un retrete cibernético.
Te repito: AQUÍ NO ES

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La ciudad de las Mujeres virtuosas


















"Pocas cosas se saben de esta famosa ciudad, excepto que la habitan solamente mujeres consideradas por su naturaleza más importantes que los hombres. Fue construida con enormes bloques de piedra, cada uno de los cuales lleva escrito el nombre de una mujer célebre. Entre ellos figuran los de Semíramis, Amazonia, Zenobia, Artemisa, Berenice, Clelia y Fredegorida.
Afirman que para abrir las puertas de la ciudad, la mujer que desee hacer este viaje debe fabricarse una llave con "prudencia, economía y buenos modales".
No se sabe que hagan falta más instrucciones para visitar la ciudad de las mujeres virtuosas."

Christine de Pisan, La cité des Dames,
Paris, 1405

Extractado de "Breve guía de lugares imaginarios",
de Alberto Manguel y Gianni Guadalupi


Lo que no queda claro es a qué se refiere la autora con "virtuosas". ¿Se referirá a la decencia? ¿A la amabilidad?
¿O tal vez a los talentos?
Virtus, del latín, significa fuerza. De allí se deriva la palabra virilidad, además de virtud. Y si las mujeres que habitan esta ciudad son consideradas más importantes que los hombres ¿se deberá a que son más fuertes que ellos?
Podría seguir serpenteando en los laberintos de la inquisición mental pero lo que más me atrae de esta ciudad imaginaria es que allí uno pueda toparse con Artemisa, con Amazonia... a las otras no las conozco pero estoy segura de que me gustará conversar con ellas. Espero que para entablar la charla no haga falta batirse en una pulseada primero.

Victoria Branca

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Cuánto dura el amor?















En su nombre se unen destinos,
se cometen delitos,
se hacen locuras,
se rompen promesas y corazones.
El amor se ofrece por un precio,
se mendiga,
se desea,
se añora,
se intercambia.
Para algunos engorda,
otros se consumen bajo sus embrujos,
a algunos les quita el sueño y el aliento,
a otros vigoriza.
Está en el aire,
entre las sábanas,
detrás de los cortinados,
sobre los tejados.
El amor atrae,
repele,
sacude,
hunde,
eleva...
El amor, a veces, interfiere,
irrumpe,
persigue,
penetra.
Da frutos
y también los quita.
Da alas
y también espinas.
Roe,
quema,
consume.
Alivia,
contiene,
inmuniza.
¿Cuánto dura el amor?

Victoria Branca

sábado, 3 de diciembre de 2011

Que no me apure la prisa


















Que no me apure la prisa de los que empiezan a correr desesperados
hacia ninguna parte.
Que no me gane el desgano de lo que quieren saltearse las páginas del medio
para llegar al final.
Que no me engañen las luces psicodélicas y los estruendos
de los corazones rotos,
que laten sólo si se conectan a una fuente artificial.

Que no me empujen los cuerpos desalmados,
que se agitan y, graves,
caen por su propio peso.
Que no me invada el desaliento,
que no acampe en mí
la desesperanza.
Que no se apaguen las brasas
ni el fuego.

Que no prevalezcan la desmemoria,
la cobardía,
el miedo.
Que no me alcancen
las palabras huecas
donde retumban la nada
el sinsentido.
Que no me apure la prisa de los que empiezan a correr,
desesperados,
hacia ninguna parte.

Victoria Branca

viernes, 2 de diciembre de 2011

Bon, Sheims Bon















Hay un ruso merodeando mis pies desnudos.
Me refiero a un inividuo desconocido de origen soviético que aparece cada tanto a husmear por mi casa.
Viene, generalmente, de noche. Cuando todos dormimos y el silencio de la casa lo invade todo.
Revisa estanterías y cajones. Se mete donde no debe.
Escribe cosas absurdas en mi computadora y las deja allí, a la vista, para que sepa que invadió, una vez más, mi hogar.
Pensé en reportarlo a Scotland Yard, pero allí están obsesionados con gatos y acertijos.
Probé con el destacamento de mi barrio pero daba ocupado.
El superagente ocheinta y seis y la noventa y nueve están de viaje.
El teniente Hondo falleció.
Al igual que Koyak y Columbo.
Me recomendaron a las nietas de los ángeles de Charlie pero no las conozco.
Creo que voy a discar a Londres para pedir por él.
Es el único que puede desbaratar los planes de este hacker del buen dormir.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Sin Comentarios














Paseando por otros blogs veo que la gente deja infinidad de comentarios.
También observo que se arman discusiones e incluso debates en torno a lo que alguno comentó y que las respuestas, acotaciones y recontra respuestas pueden llegar a superar en número a la cantidad de palabras del posteo.
En mi blog se comenta poco.
Las estadísiticas acusan más de doscientas visitas por día, pero los comentarios no llegan, en el mejor de los casos, a diez.
Algunas seguidores de mi blog que veo en persona dicen que, muchas veces, el post es "tan redondito que no hay más nada que agregar"...
Otros me cuentan que se quedan pensando y se olvidan de comentar.
Otros más, que piensan en aportar algo pero después...
La cuestión es que los comentarios se esfuman, se pierden, se alejan, y terminan vaya uno a saber donde, pero no en mi blog.
Me gusta recibir comentarios.
No tienen que ser halagos ni ponderaciones (que también son bienvenidos) sino una manera camuflada de decir "hola, pasé por acá y te saludo"...
El cyber espacio es frío y solitario. No así este blog. Y mucho menos quien escribe (aunque frecuento la soledad con asiduidad sin sentirme desolada)
Así que ¡Bienvenidos sus comentarios! Sus aportes, sus discrepancias, sus reflexiones...
Pasen, entren, déjenme saber que caminan por mi casa.
Muchas gracias por su atención,

Victoria

martes, 29 de noviembre de 2011

Ceguera Voluntaria

















¿Ante qué situaciones conviene no ver?
¿Qué circunstancias favorecen mirar para otro lado?
¿Por qué es conveniente, a veces, hacer la vista gorda?
¿Existe una ceguera temporaria y selectiva?
¿Qué beneficios puede aportar la falta de visión?
¿Es verdad ese asunto de los ojos que no ven y el corazón que no siente?
¿Qué factores determinan que algunos quieran ver con los ojos bien abiertos y otros no?
¿Hay que ver para creer?
¿Qué ves cuando me ves?
¿Existe algo así como una mirada interior más poderosa y acertada que la exterior?
¿Son los ojos las ventanas del alma?
¿Es la mente capaz de distorsionar la capacidad de ver?
¿Influyen la historia y los hechos personales en la manera en que uno ve?
¿Mirar es sinónimo de ver?
¿Qué ves cuando me ves?
¿Existe un observador neutral, puro, objetivo?
¿Es la vista el sentido más desarrollado?
¿Es una imagen más valiosa que mil palabras?
¿Ante un mismo hecho, vemos todos lo mismo? Y si es así, ¿vemos todos igual?
¿Ver es recordar?
¿Por qué la Biblia hace tanto incapié en que los ciegos vean?
¿Qué ves cuando me ves?

Victoria Branca

domingo, 27 de noviembre de 2011

No es lo mismo 2



















No es lo mismo:
un físico culturista que un físico escultural,
ni una escultura física que un físico que trabaja por la cultura.

No es lo mismo:
una operación de urgencia que la urgencia con la que se opera, a veces.

No es lo mismo:
salir adelante que adelantarse para salir.

No es lo mismo:
hacer un mandado que mandarse a hacer,
ni mandar al que hace, que hacer lo que se manda.

No es lo mismo:
pensar en libertad que librarse de un pensamiento.

No es lo mismo:
luchar por la paz que la paz del que lucha.

No es lo mismo:
cantar los cuarenta que cuarenta canciones.

No es lo mismo:
hacerse el idiota que el idiota que hace,
ni hacer idioteces que idiotizarse haciendo, en demasía.

No es lo mismo:
decir no que afirmar más de lo mismo.
No,
es no.

Victoria Branca

viernes, 25 de noviembre de 2011

El tiempo de los balances













Empieza, para mí, el tiempo de los balances.
Cuando se acerca el fin del año me gusta mirar hacia atrás (de manera introspectiva quiero decir) y observar logros, reveses, puntos muertos, trabas, desafíos, sueños cumplidos, sueños postergados...
Me gusta quedarme paladeando algun trecho del camino, aunque el sabor haya sido, además de dulce y benigno, amargo.
Así aprendo. Revisando mis actitudes. Poniéndome en lugar de observadora intentando no hacer juicios...
Cuando recorro en mi memoria lo que me había propuesto como objetivo a principio del año veo aquellas cosas que quedaron olvidadas en el trajín cotidiano. En el olvido que trae la urgencia.
Los sueños que se fueron desvaneciendo en el camino.
Otros que no soñaba y se hicieron presentes con toda su contundencia.
Sorpresas.
De las lindas y de las feas...
La vida no se atiene a mis libretos, lo sé.
Tampoco la muerte.

Victoria Branca

jueves, 24 de noviembre de 2011

La Jueza Judy


















La llamaremos Judy, por nombrarla de alguna manera elegante.
Es jueza de la corte suprema.
Ocupa su lugar con todo su peso. El que le confiere su rango, el que le otorga su jerarquía.
La jueza Judy ejerce su profesión sin descanso.
Sin miramientos.
A veces, sin piedad.
En todo fallo busca ser objetiva e imparcial pero, ¿se puede ser objetivo e imparcial siendo plenamente humano?
La jueza Judy se cree infalible.
Y así dicta sus fallos.
Con absoluta superioridad. Ella no comete errores.
Su mirada es implacable.
Su gesto adusto.
Sus palabras escasas y precisas.
Su delicadeza, por desgracia, inexistente.
La jueza Judy duerme sola, no cree en el amor ni en la cercanía.
No le importa herir sentimientos, ¿qué es eso?
La debilidad es el adversario a superar.
Con determinación y a fuerza de voluntad.
Al pertenecer al tribunal superior la jueza Judy se cree superior.
A todo y a todos.
Mira desde arriba.
Saluda desde lejos.
Evita el contacto directo.
Utiliza emisarios, intermediarios y chivos expiatorios.
La jueza Judy vive, desde hace años, en mi casa.
La estoy por desalojar.
Aunque a ella le digo, mirándola a los ojos, que ya es tiempo de que se jubile.

Victoria Branca

martes, 22 de noviembre de 2011

Lo siento pero no


















Hay libros que no se prestan. Son demasiado íntimos. No por lo que encierran en sus páginas, no. Si no por las veces que han sido tocados por la propia piel.
Prestarle esos libros a un ajeno sería como entregarle una noche de placer a un desconocido sin siquiera saber su nombre.
Hay libros que sólo han sido hechos para un lector. Por más que muchos se jacten de haberlos leído.
Hay libros que se leen en voz baja y a media luz.
A solas y en silencio.
Leer es un acto íntimo y develador.
¿Cómo podría prestarte ese libro que sabe tanto de mí?
Lo siento. Pero no.

Victoria Branca

lunes, 21 de noviembre de 2011

Es más fácil


















Es más fácil y menos complicado mirar con un solo ojo. Aunque no lo parezca.

Otorgarle la razón a otro puede ser una estupidez. O una genialidad.

Lamentarse es peor que equivocarse.

La caída libre es, a pesar del riesgo, movimiento.

Hacer oidos sordos a las opiniones y críticas de los demás te devuelve la audición.

Es bueno desconfiar de la excesiva autoconfianza.

El otro no sabe más que yo, sabe distinto.

Puedo ser mi mejor amiga, y mi peor aliada.

El respeto empieza por casa. El desprecio, también.

Reir nunca hace daño. Ni siquiera en exceso.

Pocas palabras. Pero justas.

Un no puede abrirle la puerta a un valioso sí.

No es lo mismo acumular conocimientos que adquirir sabiduría.

Se sobrevive para vivir. Aunque haya que morir en el intento...

Victoria Branca

miércoles, 16 de noviembre de 2011

De corrido y sin respirar



















Macavity`s a Mystery Cat: he`s called the Hidden Paw
for he`s the master criminal who can defy the Law.
He`s the bafflement of Scotland Yard, the Flying Squad`s despair:
for when they reach the scene of crime Macavity`s not there!

Macavity, Macavity, there`s no one like Macavity,
He`s broken every human law, he breaks the law of gravity...


Macavity fue una de las primeras poesías que memoricé en inglés.
De corrido y sin respirar (casi) la repetía en voz alta por los pasillos del colegio de monjas, entonándola por momentos, para luego recitarla a viva voz frente a la maestra de English.
Que un gato fuera buscado por Scotland Yard y lograra escapar de ellos me parecía genial. Un minino super héroe, de los malos pero bueno. Un depravado (monster of depravity) pero querible. Que hace trampa mientras juega a las cartas, que roba joyas, leche y otros enseres, pero que no es un ladrón. Al menos no convencional.
A través de las garras afiladas de Macavity y sus osadas hazañas conocí a T S Elliot.
El poeta quedó en el olvido durante mi secundaria hasta que llegó The waste Land. Obra maestra y compleja. Árida y abundante. Vacía y completa.
Pero Macavity dejó su huella marcada en mi corazón. Un corazón de niña cantora. Que aún entona cuando recita y recita cuando canturrea.

Victoria Branca

lunes, 14 de noviembre de 2011

La Sociedad de los Poetas



















¿En qué momento de la vida empieza uno a pensar por sí mismo y en libertad?
¿Hasta qué punto nos condiciona la historia propia y la ajena?
¿Se puede decir, sin filtro y sin temor, todo lo que uno piensa y cree? ¿O hay que filtrar el contenido de la conciencia (ni hablar de los contenidos inconscientes) para pertenecer a la sociedad en que uno vive?
¿Qué tan alto es el precio que se paga por torcer el libre albedrío en dirección al consenso y a lo que profesan las mayorías?
¿Qué hechos son capaces de tironearnos el alma en dirección a nuestra esencia? ¿Nos animamos a seguir ese destello de súbita lucidez en medio de las sombras que dejan las siluetas que no son la nuestra?
Dicen que los locos y los niños no mienten. Que lo que dicen llega hasta el tuétano de nuestra alma y eso es perturbador. Es que no se puede permanecer mucho tiempo allí, en el núcleo incorruptible de nuestro ser. Es demasiado claro para sostenerse en medio de la oscuridad. Demasiado liviano para no destacarse en medio de tanta pesadez y pesadumbre humanas. Demasiado simple para sobrevivir a tanta complejidad del mundo.
Conviene perderse entre la muchedumbre siendo mansos. Simétricos. Prolijos. Adecuados. Correctos. Conformes. Uniformes. Informes...
Así se conforma la sociedad de los poetas muertos. Con voces que cantan al unísono sin destacarse. Con personas que someten su libre pensar a los pensamientos de unos pocos. Con actitudes ordenadas y parejas. Que no disturben el orden con gritos ni carcajadas. Ni sueños ni sentires propios. Mucho menos con ideales alocados e ideas nuevas.
Para sostener el orden hay que imponerlo. A través del temor y la amenaza. Invocando dioses iracundos que están al acecho (lupa en mano) observando cada traspié, mala intención, deseos non sanctos y tentaciones inapropiadas para nuestros espíritus encarcelados.
Pero existe otra sociedad posible, la de los espíritus libres, la de los poetas que se animen a gritar su verdad sobre los techos y entre las rejas, a medianoche y al amanecer, entre las multitudes dormidas y los corazones oprimidos, junto a los locos y los niños. Aunque para conformarla haya que ganarse unos cuantos enemigos y detractores.
Pero vale la pena.
Lo dijeron Francisco y Clara en Asís.
Juana Inés en su celda.
Mandela una vez liberado.
Rumi en sus cánticos de amor.
El bailarín en su danza.
El músico con su guitarra.
La sacerdotisa bajo la luna llena.
El monje desde la montaña.
Los enamorados en su abrazo.
Los moribundos al pie de su cama...

Victoria Branca

jueves, 10 de noviembre de 2011

Escribir desaforadamente


















Marina Tsvietaieva escribia de manana.
Sin distracciones.
Desaforadamente.
Al tiempo que cuidaba a su hija pequenia ella sola.
Su poesia llena de orgullo a Rusia.
Vale la pena conocerla a traves de su pluma.

Desde el 15 hasta el 18 de Noviembre se celebra en la Biblioteca Nacional la semana Marina Tsvietaieva.
De 18 a 21 hs y con entrada libre y gratuita.
No se la pierdan!

(disculpen mi falta de enie y acentos, escribo desaforadamente y desde pc ajena)

martes, 8 de noviembre de 2011

Mi canillita
















Todas las mañanas, antes de las 7.30, recibo el diario en la puerta de mi casa.
Llueva, haya paro de transporte, huelga de hambre, erupciones volcánicas, tempestades, exabruptos, pereza o desasosiego, el diario llega prolijo y nuevo hasta mis manos.
Espero con ansias ese ritual en el que, junto a una taza grande de café con leche y un par de tostadas, me dispongo a auscultar el pulso del mundo.
Mis mañanas empiezan así, leyéndole el rostro a este mundo a través de sus sombras, sus destellos de lucidez, sus torpezas y sus logros. Y por más que quiera encontrar más noticias luminosas y menos de las oscuras, leo entrelineas y armo mis propias columnas.
Daniel es el canillita de mi barrio. Aquél que se levanta quién sabe a qué hora de la madrugada para acomodar las secciones de los diarios, agruparlas por calle y meterlas dentro de la caja de su bicicleta para hacer el reparto.
Todas las mañanas, sin excepción, baja pedaleando por mi calle y se arrima hasta mi puerta para que yo pueda cumplir con mi ritual.
A veces lo veo, escondido debajo de un inmenso poncho de plástico negro evitando el acoso de la lluvia, o abrigado con campera, gorro y bufanda para hacerle frente a las heladas en pleno invierno. Apareciendo sigilosamente de entre la bruma oscura cuando aún no amanece, montado en ese corcel de ruedas finitas y metal oxidado.
En verano usa una gorra gastada que le amortigua los latigazos del sol. Y así pedalea, le guste o no, lo quiera o no, se sienta bien o no, para que todos los vecinos recibamos nuestro diario. 364 días al año. Ni uno menos.
Y el 7 de Noviembre descansa. Ese día no ordena, ni apila, ni acomoda nada. Porque es su día. El del canillita.
Me pregunto qué hará con toda esa mañana libre por delante.

Victoria Branca

domingo, 6 de noviembre de 2011

Elogio del Instante


















Esta mañana pensaba salir a correr. O a caminar.
Quizás hacer una o dos posturas de yoga en el jardín.
O meditar bajo la copa de un árbol.
No hice nada de ello.
Me quedé remoloneando en la cama mientras leía los diarios y tomaba el desayuno.
Pero en un instante no premeditado. Sin expectativas ni planes. En un arrojo inpensado y sin previa argumentación, salí descalza al jardín y arranqué de cuajo una cala.
Volví caminando despacio hacia la cocina. Busqué un vaso de vidrio largo y escuálido y lo llené de agua hasta la mitad.
Esa cala que no se destacaba entre muchas ahí en mi jardín, es ahora la estrella indiscutida de la casa.
Única.
Viva.
Presente.
Este hecho no es más que una trivialidad en la vida de tantos.
Pero, para mí, es una muestra contundente de un hecho único: el poderío inigualable del instante.

Victoria Branca

jueves, 3 de noviembre de 2011

Entre líneas y garabatos















Muchos escritores dibujan. O pintan.
Muchos pintores escriben.
Las letras son, en cierta forma, garabatos ordenados. Y consensuados.
El vacío de una hoja, o de un bastidor busca ser llenado.
El alma se expresa de infinitas maneras. Y se abre paso a través de los oficios y los nombres,
de las creencias y la desmemoria,
del prurito y las convenciones,
del límite,
de la materia,
de uno mismo...

Se me dio por dibujar.
Fui a una librería artística y compré material básico para este incipiente descaro.
Lápices HB, gomas de caucho, blocs de hojas...
Y de entre las líneas y garabatos indecisos me salió algo parecido a este gato.
Aunque, el mío, no duerme.

Victoria

martes, 1 de noviembre de 2011

Pendiendo del hilo



















Dice Marianne Williamson en su libro, que una de las razones por las que caemos en actitudes adictivo-dependientes es por habernos separado (o sentirnos separados) de la fuente de la que emana todo. Llámese Dios, Ser supremo, Energía primordial, Primer principio, o como cada uno quiera denominarlo.
La sensación de vacío y sin sentido que se genera por esta distancia (o sensación de distancia) debe ser llenada para evitar ese profundo dolor. El ser humano apela, entonces, a conductas que le emboten o anestesien el sentir ya sea comiendo, bebiendo, durmiendo de más, buscando emociones fuertes o consumiendo sustancias.
"Nos anestesiamos de diversas maneras para eludir el dolor", señala, "logrando con ello generar mayor sufrimiento y oscuridad".
Lo que se busca a través del consumo (comprar compulsivamente también estaría enmarcado dentro de las conducta adictivas) es volver a sentirse a salvo y "at home" (en casa). Porque es justamente esa sensación de destierro profunda la que lleva a buscar sustitutos del amor de hogar en lugares, objetos y personas inadecuadas.
El cuerpo, ese objeto de culto, deseo y veneración de hoy, es ni más ni menos que el continente de nuestra alma. Y sólo por ello merece cuidado y respeto. No es una funda, ni una cáscara, ni el envoltorio superficial de una colección ordenada de huesos y músculos.
Sentirse a salvo y en casa tiene que ver con sentirse a gusto y completo (no dividido ni separado) "Health comes from the root to make whole" .
Caemos en actitudes desesperadas cuando perdemos esa conexión interior. Cuando sentimos que el barco se fue sin nosotros y nos dejó flotando solos en el inmenso océano, a merced de los tiburones , el frío, la noche.
Es el miedo el que nos hace creer que lo peor está por venir. Que nadie vendrá en nuestra ayuda. Y que la solución está en esos falsos placebos que nos generan mayor miedo, mayor dependencia, mayor frustración y mayor vergüenza.
El peso puede aligerarse durante un rato mientras dura el efecto de la anestesia en el corazón, pero recae con toda su fuerza en el alma cuando notamos que el miedo y el vacío siguen ahí, acechando.

Continuará...

Victoria Branca

lunes, 31 de octubre de 2011

La edad de la Inocencia


















A propósito de Halloween, fiesta de brujas, que hoy se celebra sobretodo en Estados Unidos, sobrevuela en mi mente la idea de la inocencia. Esa palabra que suele adjudicarse a la infancia, como sinónimo de ingenuidad y pureza.
Al parecer, son los niños quienes portan la etiqueta de inocentes. Y es la vida, con sus tajadas de crueldad, quien va desgarrando esa cualidad inmaculada y áurica que los rodea.
A los niños se les atribuyen cualidades y virtudes que deberían ser dignas de imitar. Son los portadores de la mágica llave que abre las puertas del paraíso. "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos", destaca la biblia.
¿Y cómo son los niños? ¿Cuáles son esas mágicas cualidades que los hacen dignos de entrar en esa Casa?
Los niños son naturalmente egoístas. Buscan satisfacer sus propias necesidades y deseos. Defienden con uñas y dientes sus pertenencias. A veces las prestan, muchas veces no.
Dicen lo que piensan, sin miramientos ni delicadeza, hasta que algún adulto les endereza el torcido descaro y empiezan a disfrazar sus pensamientos.
Ríen a carcajadas sea o no adecuado el momento y el lugar. Lloran a los gritos, en iguales circunstancias a la anterior.
Mienten. ¡Cómo mienten! Y no sienten culpa ni remordimientos por ello.
Son caprichosos y exigentes.
Saben lo que quieren, y no descansan hasta conseguirlo.
Tienen una creatividad sin límites y la ejercen toda vez que pueden y toda vez que no son cercenados.
Son curiosos. ¡Curiosísimos! E investigan sin vergüenza tanto su cuerpo como el ajeno; cajones y escondrijos; billeteras y baúles; carteras y roperos; y todo aquello que les indique el haz de la propia inquisición.
No conocen la idea de límite hasta que un adulto se las impone.
No sienten temor hasta que alguien les cuenta que el miedo es de temer.
Sueñan las veinticuatro horas del día. Y hacen horas extras.
Se hacen amigos de desconocidos sin importarles raza, credo, inclinaciones o profesión.
Profesan su fe sin esconderla y creen en todo. En Papá Noel y los ángeles. En los duendes y los planetas. En las hadas y los extraterrestres. En las brujas y sí, en casi todo lo que les dicen los adultos.
Los niños son espontáneos y, sobretodo, libres. Ejercen el derecho por excelencia que es el libre albedrío.
¿Y eso es lo que los hará entrar sin escalas ni papeleo al paraíso?
O tal vez sea la inocencia. Esa cualidad que no está contaminada por el desencanto, ni por el desengaño, ni por la amargura. Esa virtud llena de fuerza que es capaz de revertir las heridas y transformarlas en fuentes de vida y abundancia.
Esa pequeña y poderosa llama que nunca se apaga.
A pesar de las tormentas y de los vendavales. A pesar de la desesperación y el miedo. A pesar del odio y la desesperanza.

Victoria Branca

viernes, 28 de octubre de 2011

El respeto hacia uno mismo
















"De todos los juicios que entablamos en la vida, ninguno es tan importante como el que entablamos sobre nosotros mismos, ya que ese juicio afecta el propio núcleo de nuestra existencia.
Estamos en el medio de una red casi infinita de relaciones: con otras personas, con las cosas, con el universo. Y, sin embargo, a las tres de la mañana, cuando estamos solos con nosotros mismos, tomamos conciencia de que la más íntima y poderosa de las relaciones, aquella que nunca podremos eludir, es la relación con nosotros mismos.
No existe ningún aspecto significativo de nuestro pensamiento, motivación, sentimientos o comportamiento que no se vea afectado por la autoevaluación.
Somos organismos no sólo conscientes, sino conscientes de nosotros mismos. Esa es nuestra grandeza y, a veces, nuestra carga.
Nos probamos, evaluamos y cuestionamos de un modo que resulta imposible para otras especies. Nos preguntamos: ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué propósito tengo en la vida? ¿Mi conducta se adecua éste propósito? ¿Me enorgullezco o avergüenzo de mis elecciones y acciones? ¿Estoy contento o descontento de ser quien soy?
Tenemos la capacidad de formularnos estas preguntas y la capacidad de huir de ellas. Pero las preguntas siempre están ahí, esperando una respuesta, aún cuando preferimos fingir que no existen o no nos incumben."

Nathaniel Branden
El respeto hacia uno mismo

miércoles, 26 de octubre de 2011

A 220
















Vamos por los 220.
Es lindo ver crecer los proyectos y este blog y yo queremos llegar a más seguidores.
Faltan 11 valientes para llegar a esta meta.
¿Quién se suma?

martes, 25 de octubre de 2011

Se me rebelaron los libros














No soy ortodoxa ni prolija para leer. Sobre mi mesa de luz, al costado, debajo y detrás tengo pilas de libros que ya empecé y otros que quiero empezar si la vida me lo permite.
Si un libro no me gusta, por más que sea hiper best seller, no lo compro; y sí compro otros que quizás tienen pésima prensa pero para mí son especiales.
Subrayo y escribo los libros que leo. Con lápiz, con birome, con lapicera o lo que tenga a mano. ¡Vade retro irreverente!
Los libros no son sagrados, la lectura lo es. O, más bien, ese encuentro silencioso y profundo que se establece mediante la palabra entre escritor y lector. Entre alma que se expresa y alma que se siente expresada.
Tengo más de veinte libros esperando su turno para ser leídos. Tocados. Elegidos entre el tumulto. Pero como soy caprichosa, y más cuando me ponen presión, no me decido cuáles serán los elegidos para estos días.
Y ellos, que son orgullosos y egocéntricos, no están dispuestos a esperarme y decidieron amotinarse en mi contra.
No encuentro aquél que pensaba leer primero y el que no me atraía tanto se puso en primer lugar. El que estaba leyendo se me quedó olvidado en una sala de espera y uno que me regalaron y pensaba cambiar ya fue abierto y subrayado por algún duende de la lectura...
¿Conocen a un adiestrador de libros o un bibliotecario con suficiente autoridad?
Se requiere intervención inmediata.

Victoria Branca

lunes, 24 de octubre de 2011

Peso en el cuerpo, peso en el corazón













Marianne Williamson es la autora del libro "Volver al amor", un texto que incluye aquella perlita que leyera Nelson Mandela cuando asumió la presidencia de Sudáfrica luego de su excarcelación.
El texto dice: "Nuestro miedo más hondo no es sentirnos incapaces, nuestro miedo más hondo es sentirnos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz no nuestra oscuridad lo que más nos asusta..." Y nos recuerda que estamos aquí para hacer brillar esa luz que hay dentro nuestro, que muchas veces disminuye su brillo hasta apagarse por creencias limitantes y experiencias dolorosas.
Marianne hizo popular Un curso de milagros que intenta revertir los pensamientos y creencias de base que limitan nuestra mirada positiva acerca de nuestra existencia y las circunstancias que rodean nuestra vida.
Hace unos meses publicó un nuevo libro basado en las enseñanzas del curso de milagros pero esta vez aplicado al cansador tema del exceso de peso y las adicciones.
Titulado "A course in weight loss, 21 spiritual lessons for surrendering your weight forever", indaga de manera profunda y holísitica en aquello que nos hace comer compulsivamente, elegir alimentos que no son saludables y caer en conductas compulsivas que nos alejan de una vida sana y equilibrada.
¿Por qué caemos en actitudes autodestructivas sabiendo que no nos hacen bien?, se pregunta. Y sus intentos de acercamiento a la verdad auscultan respuestas que provienen del alma y no sólo del cuerpo.
Atiborrarse de comida chatarra es una manera de anestesiar el malestar profundo. Tirarse frente al televisor a ingerir programas sin discriminación embota nuestra pena, distrae nuestra atención y hace que las horas pasen sin sentir demasiado.
Aumentar la grasa corporal genera una falsa sensación de seguridad. Al igual que el exceso de dulces y azúcares.
Un cuerpo engordado parece cobijarnos del mundo, como si nos metiéramos dentro de un abrigo gigante que nos garantizará inmunidad y protección frente a cualquier adversidad. Pero esa es otra de las mentiras en las que caemos, ya que al observar la imagen que nos devuelve el espejo sentimos mayor frustración, menos aprecio y más miedo.
El peso del cuerpo no significa nada en comparación al peso del corazón. Y mientras no ahondemos en las causas profundas que nos llevan a castigarnos con hábitos autodestructivos no podremos salir de ese círculo vicioso y negativo en el que hemos echado a nuestra alma.

El libro no está traducido al castellano aún. Si me tienen paciencia, les iré traduciendo las partes más relevantes e inspiradoras.

Victoria Branca

miércoles, 19 de octubre de 2011

Paréntesis















Los viajes tienen, para mí, esa posibilidad de poner la propia vida en un paréntesis.
Dejo de ejercer los roles que me habitan por ósmosis. Tomo distancia de aquella que creo ser y me conecto ( en un nivel espiritual y no cibernético) con algo que es distinto a mí pero que parece ser más yo misma que lo que creo ser.
Dejar en suspenso por unos días mi cotidianidad, con sus rutinas y sus creencias inamovibles, con sus asuntos inmediatos y su seriedad, con sus preocupaciones y oficios, con sus demandas e impaciencias, me ubica en un nuevo lugar. Donde hay otros tiempos.
Otros asuntos.
Otras prioridades.
Descubrimiento inquietante: la vida sigue sin mí.
Pensamiento revelador: no soy indispensable.
Idea persistente: puedo ir y venir cuando quiera.
Conclusión sine que non: Los paréntesis no encierran, abren. Y una vez dentro de ellos, no hace falta aclararle nada a nadie.

Victoria Branca

lunes, 3 de octubre de 2011

Una sarta de esperanzas y delirios
















"No es exactamente como fundar un ciudad
sino más bien como fundar una dinastía

el recuerdo tiene manos nubes estribillos
calles y labios árboles y pasos
no se planifica con paz ni compás
sino con una sarta de esperanzas y delirios

un recuerdo bien fundado
un recuerdo con cimientos de solo
que con todo su asombro busca el amor
y lo encuentra de a ratos o de a lustros
puede durar un rumbo o por lo menos
volver algunas noches a cavar su dulzura..."

Mario Benedetti

Este blog y yo nos tomaremos unos días de descanso.
Les dejamos nuestra música y las palabras
para que les hagan, siempre, compañía


Victoria

sábado, 1 de octubre de 2011

5 Cosas













Que no quiero olvidar

Estoy aquí de paso

No soy dueña de nadie

Lo que pienso no es lo importante

Todo está conectado

Mi granito de arena sí importa

jueves, 29 de septiembre de 2011

Es mi Cumpleaños



















Dicen que el año personal comienza con cada cumpleaños.
Hoy empieza el mío.
Que pueda
recibir,
aprender,
aceptar,
darme,
crear,
mejorar,
asumir,
irradiar,
celebrar,
inspirar,
amar,
y experimentar
lo que la vida vaya dejando a mis pies,
en el camino.

martes, 27 de septiembre de 2011

La Primavera es ciclotímica















Amanece eufórica extendiendo sus rayos de sol, inunda de perfumes las calles y los senderos, abre las alas de las mariposas para que se echen a volar, despierta a los pimpollos perezosos, esparce pólenes, destila aromas exquisitos, enciende sonrisas, complota romances...
Pero sin aviso encapota el cielo, azuza a los vientos, esconde sus brazos luminosos, precipita tormentas, espanta a las aves, desparrama polvillos, desdibuja los colores, atenúa romances, enreda los humores...
La Primavera es ciclotímica.
¿O será que la ciclotimia es primaveral?

Victoria Branca

lunes, 26 de septiembre de 2011

Shakespeare también hacía las compras













No hay que pensar que por hacer diligencias cotidianas uno es menos original y creativo que los artistas. Los poetas también se lavan los dientes. Los pintores se duchan y transpiran. Y Shakespeare, el genial, también hacía las compras.
Su lista no es para nada vegetariana, tan en auge en este borde de la existencia, e incluye lengua de vaca y aves.
La lista sigue con algunas verduras, masa de tarta y algo cuyo significado no pienso ir a buscar al diccionario a esta hora de la mañana.
Y se completa con, ¡Oh sí! aquello que me lleva de regreso al aura romántica y magnífica del genial escritor: velas.
Artículo que jamás debe faltar en el hogar. Al menos en el mío.
Velas para iluminar zonas oscuras y escurridizas. Velas para acompañar una cena de amor. Velas para estar en el amor...
Y como curiosidad hay un remedio de un tal Dr. Smythes que es para hacer crecer el pelo. Parece que la inspiración, al gran William, le arrancaba de un tirón parte de la cabellera.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Pavlova de Frutillas


















En esta época (siglo 21, Acariciando la Primavera) empiezan a aparecer las frutas más ricas y sabrosas.
Las cajas de frutillas ya empiezan a verse a los bordes del camino, turgentes y rojísimas.
Qué mejor idea, entonces, que procurarse algunas para hacer una pavlova.
No hace falta saber ruso ni cocinar.
Los que manejen ambos (el idioma y la destreza) adelante con el talento. Los que no, sepan que pueden acceder a este postre de los dioses igual.
Basta comprar uno de esos discos de merengue que se venden en panaderías y establecimientos alimenticios, crema de leche, azúcar y las estrellas de este post (las frutillas) para obsequiarse de premio este exquisito manjar.
Ponen una cosilla sobre la otra, en la base el merengue, luego la crema, luego las frutillas y ¡ya está!
Una delicatessen ruso-argentina al alcance del paladar.
Para los más golosos (me included) se le puede agregar una untada de dulce de leche al disco. Además de ser unitivo, homologante y pegoteante, es delicioso. Y ya que estamos en tren de darnos una panzada sin culpa lo hacemos como corresponde.
¡That´s all folks!
Bikinis go home.

jueves, 22 de septiembre de 2011

¿De quién es la culpa?


















Aunque intente

hacer planes,
arriar mis sentimientos,
ordenar mis ideas,
mantener la calma,
sopesar mis opiniones,
callar lo que no debo decir,
reprimir mis instintos,
aquietar mi mente,
olvidar las ofensas,
esperar el momento oportuno,
no ceder a mis impulsos,
aguardar a que los vientos cambien,
sostener la incertidumbre,
evitar la crítica,
comportarme como es debido...

La vida

tuerce,
reacomoda,
desata,
aligera,
dice,
expresa,
sacude,
imprime,
ocurre,
hace,
y
sucede
sin mi consentimiento.

Nota al pie: Ni Eva ni la manzana tienen la culpa

Victoria Branca

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Llega la Primavera














Que florezcan los sueños,
las buenas ideas,
los abrazos,
y las flores.

Que se esparzan las sonrisas,
los besos,
el amor
y las canciones.

Victoria

martes, 20 de septiembre de 2011

La carta no enviada












Te escribo a vos, que estás lejos pero tan cerca,
que conocés mis ojos pero no mi mirada,
que escuchaste mi voz pero no mis palabras,
que estuviste conmigo pero no a mi lado.

Te pido que no interrumpas lo que quiero decirte,
que no hagas muecas ni gestos,
que hagas silencio,
sólo por un rato...

No quiero herirte ni hacerte reproches,
no quiero que te sientas culpable
ni responsable.

Mi vida es mia
aunque te incluya.
Tu vida es tuya,
aunque me incumba.

De lo que siento me hago cargo,
de lo que no siento
también.

No te di lo que me sobraba,
sabélo.
Y si lo que diste no era todo,
está bien.

¿Cómo podría reclamarte lo que no me pertenece?

Creo que nada es en vano.
Que hay razones que mi razón y la tuya
desconocen.

Pero algo sé
y lo sé bien,
cuando me vaya
me iré habiendo conocido
el amor...

Victoria Branca

domingo, 18 de septiembre de 2011

Me reservo el derecho
















Me reservo el derecho de admisión
y permanencia,
soy centinela
de mi deseo.

Guardo para mí el recuerdo
de lo que no fue...

El olvido irá acunando
en mi regazo
tus besos,
esos que no dieron a luz
mis labios.

Iré de noche en noche
palpitando a tientas
el resto de mis días.

Irás de sol a sol
auscultando pechos huecos
aleteando hasta encallar.

Es triste ahogar tu nombre
en la mañana,
pero es más triste aún
negarlo en mi memoria.

Victoria Branca

viernes, 16 de septiembre de 2011

¡No se la pierdan!



















Durante el fin de semana estará abierta la muestra "Arte espacio 2011" en el espacio Darwin, dentro del hipódromo de San Isidro.
Los que estén por Buenos Aires no dejen de deleitarse con más de 160 artistas que exponen sus obras y las venden a precios accesibles para todo público.
Hay para todos los gustos. Todos los bolsillos. Todas las edades.
Mis preferidos: Patsy Lynch (es suya la obra que ilustra este post), Carol de Jong, Susana Gloogle, Sofía Huidobro, Lala Samyn, Catalina Scoppa, Claudia Lucini, Enriqueta Aguiló y Eugenia Chorén.
La muestra estará abierta hasta el lunes 19 de Septiembre, de 13 a 22 hs.
¡No se la pierdan!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Ni azúcar ni aceite


















Uno de mis things to do before I die es escribir una comedia musical.
Bueno, estoy escribiendo algo así.
No es LA comedia musical que tenía pensada. Esa es demasiado grandiosa, exhuberante y perfecta para ser real, y como lo perfecto es enemigo de lo posible, estoy haciendo realidad lo posible.
Mi comedia es cantada, hablada y algo bailada.
Tiene monólgos y diálogos. Tiene silencios y gestos contundentes.
Tiene humor y también momentos serios. Como la vida.
Canturreo las melodías todo el tiempo y me río a carcajadas imaginando a los protagonistas en mis escenas.
Porque ya sé quiénes son. Ellos no, pero yo estoy escribiendo cada letra con ellos en mente.
Y estoy tan divertida que me olvido de algunas de mis obligaciones. En casa, por ejemplo, no hay azúcar ni aceite.
Tienen para prestarme?

martes, 13 de septiembre de 2011

Desde cierta perspectiva














Las cosas se ven mejor desde cierta perspectiva.
Los pensamientos se disponen en otro orden.
Los problemas se achican cuando uno los mira desde cierta distancia.
Y aparecen soluciones en el aire, que antes no estaban.
El parloteo mental incesante baja el volumen cuando uno se detiene y mira hacia atrás.
Desde el lugar de avistaje de mi propia vida me observo.
Voy apurada. Oprimida por asuntos que no son importantes.
Me olvido de las cosas que importan.
Me quedo varada en complicaciones inventadas.
Tropiezo con manías viejas y heridas que creía sanadas.
Voy a tientas.
Cumpliendo rutinas y sorteando imprevistos.
¿Esa vida es mía? le pregunto a un benteveo que se posó en la baranda.
Así parece, me contesta.
Y se va volando.
Libre.
Despreocupado.
Sostenido por el aire que lo rodea.
Sólo estira las alas y se deja guiar...

Victoria Branca

domingo, 11 de septiembre de 2011

La muerte y la Vida


















Hoy se conmemora el fatal atentado a las torres gemelas en New York.
Y también se recuerda a quienes desempeñan la sencilla y compleja tarea de educar: los maestros.
Es un día donde la vida y la muerte danzan entrelazados como amantes. Como pareja despareja. Desigual.
¿Cómo podría la vida salir a bailar con la muerte?
Son enemigas. Antagonistas.
Pero la existencia nos muestra una y otra vez que sus bordes se tocan. Todo el tiempo.
Que sus fronteras se desdibujan hasta fundirse en un mismo horizonte.
La vida lleva, inexorablemente, hacia la muerte. Y la muerte es, muchas veces, dadora de nueva vida.
La muerte arrebata,
la vida también.
La muerte confronta y escandaliza,
la vida también.
La muerte arranca máscaras,
la vida también.
Los maestros enseñan,
la vida y la muerte también.
Los maestros aperciben,
la vida y la muerte también.
Los maestros dejan huella,
la vida y la muerte también.
La vida y la muerte son grandes maestros.
Y hoy, misteriosamente, vuelven a quedar hermanados.
Una vez más.

Victoria Branca

jueves, 8 de septiembre de 2011

Rezo una pequeña plegaria



















Por los que no ven horizontes,
por los que están por renunciar a sus sueños,
por los que ya no desean un nuevo amanecer,
por los que empiezan a existir sin vivir,
por los que tropiezan con la burla,
por los que caen ante el desprecio,
por los que no duermen en paz,
por los que esconden su propia luz,
por los que vacilan en demasía,
por los que huyen del amor,
por los que retacean el perdón,
por los que promueven la discordia,
por los que desaniman y desalientan,
por los que animan y alientan,
por los que inspirar a crear,
por los que dan sin esperar,
por los que esperan,
por los que cantan,
por los que están presentes,
por los que están despiertos,
por los que están vivos,
por los que ya no están.

Amen

Victoria Branca
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