miércoles, 22 de diciembre de 2010

Una pequeña llama


















En la película "El náufrago", el personaje de Tom Hanks queda varado en una isla perdida en el medio de la nada luego de que la avioneta en la que viajaba se estrellara en el océano. A medida que pasan los días, la marea arrastra hacia la costa algunos paquetes de correo que transportaba el avión y que, al igual que él, no llegaron a destino.
El náufrago va abriendo uno a uno los paquetes y sirviéndose de lo que pudiera serle útil para sobrevivir. Pero hay una caja que no abre. Tiene escrita una dirección ignota y un par de alas dibujadas.
Es una situación extrema y nada le hace creer que podrá salvarse. Pero él quiere mantener encendida una pequeña llama de esperanza. Por eso decide que será esa caja con alas su tabla de salvación. Y que irá él en persona a entregársela a su destinatario en cuanto termine de construirse una balsa y hacerse a la mar.
La caja permanece cerrada, cobijando en su interior el sentido que puede torcer definitivamente la vida del que ya no tiene fuerzas y está a punto de dejarse caer.
Que en esta Navidad recibas una cuota extra de esperanza, para que en épocas de naufragio, cuando mermen tus fuerzas y decaiga tu fe, sepas que existe un recipiente que custodia y cobija un nuevo sentido para tu vida.

Este blog y yo nos tomaremos unos días de descanso. Esperamos volver renovados e inspirados para seguir acompañándote en el 2011.
Que tengas unas benedecidas Fiestas,


Victoria

lunes, 20 de diciembre de 2010

4 Leyes Espirituales


















1 La persona que llega es la persona correcta

Nadie llega a nuestras vidas por casualidad. Todas las personas que nos rodean están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

2 Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido

Nada, pero nada de lo que nos sucede en la vida podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra..." No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado y tuvo que haber sido así para que aprendiéramos la lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en la vida son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

3 En cualquier momento que comience es el momento correcto

Todo comienza en el momento indicado. Ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

4 Cuando algo termina, termina

Si algo termina en nuestras vidas, es parte de nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar enriquecidos con esa experiencia.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Lista de fin de Año













Ser o hacer... esa es la cuestión (de peso)
A fin de año, yo no sé por qué, se apilan sobre mi cabeza esas listitas (absolutamente avivadas a esta altura del calendario) de todo lo que no hice en once meses y debo resolver con eficaz y velocísima eficiencia en pocos días.
Quién lo dijo????

En vez de:

* ordenar roperos
* acomodar libros en biblioteca
* Limpiar alacenas
* Renovar pasaporte, registro, DNI
* Sacar turno con oftalmólogo, nutricionista, homeópata, astrólogo y tarotista
* Dejar cosas rotas a arreglar
* Ventilar baulera y altillo
* Organizar la nueva agenda

Mi lista debería decir:

* Ordenar mis ideas
* Acomodar el rumbo en dirección a mis sueños
* Limpiar las ataduras y los lastres
* Renovar mis energías
* Sacar aquello que ya no debe acompañarme en el camino
* Dejar espacio para lo nuevo
* Ventilar anhelos y deseos
* Organizar pic nics y paseos al aire libre, libre, libre...

Librero, ¡Una goma de borrar, por aquí!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Las Palabras















Las palabras, desde siempre, ejercen un poder hipnótico en mí. No me basta con saber el significado, me interesa develar qué se esconde detrás de ese montón de letras reunidas por obra y gracia del azar. O de la magia.
Las palabras encierran secretos e historias. Están preñadas de voces y grávidas de deseos. No son huecas. Ni siquiera la palabra "vacío" lo es.
Las palabras construyen vías y senderos. Y en un abrir y cerrar de puños, los destruyen también.
Las palabras pueden ser diosas iracundas que arrasen con todo a su paso, y también ninfas que amamanten y custodien en su seno lo que aún no pudo decirse.
Una palabra puede caer, como todo ser humano, pero quedar en el lecho del corazón gestando amor y esperanza. Aguardando el momento oportuno para salir al encuentro de lo amado.
Una palabra puede agazaparse entre las sombras hasta que la luz del alba le de el visto bueno para mostrarse. Y en un abrir y cerrar de ojos dejar a la vista todo su resplandor.
Las palabras tienen un poderío natural que las hace soberanas de casi todo. Su reino sobrepasa todo límite y frontera, todo idioma y demarcación.
Las palabras brotan en todas las estaciones. Y duermen a la vera de los sueños de todos.
Hay un séquito de palabras esperando en mi puerta. Cantan y recitan sin pausa. Rien y lloran a la vez. Están ávidas de contarme sus secretos.
Yo retengo el aliento y espero. Se que ellas, si confío, me devolverán la inspiración.

Victoria Branca

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Elogio de la Sencillez














No quiero ser arrastrada por el vértigo impiadoso de fin de año.
No me interesa adquirir ningún adminículo de última generación ni participar en sorteos de nada.
Me abruma el alúd inmenso que empieza a gestarse allá en los shoppings y en los antros del comercio.
Me descentran los tumultos y la amplificación infinita de ruidos y estruendos.
Me sacan de eje los giros vertiginosos de las agujas del reloj, que aniquilan los instantes con la urgencia y la inmediatez.
Quiero paz.
Y silencio.
Y encuentros verdaderos.
No necesito nada que ya no tenga.
La vista, el oído, el tacto, el olfato,
el gusto por la vida simple, sencilla, sin artificios.
La delicada certeza de que no hay certezas,
sólo momentos.
La frágil contundencia de que mi vida me pertenece de a ratos.

Victoria Branca

lunes, 13 de diciembre de 2010

Pasión, vicio y maravilla














Esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero.

La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez.

Mi salvación fue leer, leer buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volver a ser felíz. Y fue escribir, a escondidas, como quien se entrega a un vicio inconfesable, a una pasión prohibida.

La literatura dejó de ser un juego. Se volvió una manera de resistir la adversidad, de protestar, de rebelarme, de escapar a lo intolerable, mi razón de vivir. Desde entonces y hasta ahora, en todas las circuntancias en que me he sentido abatido o golpeado, a orillas de la desesperación, entregarme en cuerpo y alma a mi trabajo de fabulador ha sido la luz que señala la salida del túnel, la tabla de salvación que lleva al náufrago a la playa.

La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos.

Un mundo sin literaura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser humano sea de veras humano: la capacidad de salirse de sí mismo y mudarse en otro, en otros, modelados con la arcilla de nuestros sueños.

Mario Vargas Llosa,
extractado del discurso que diera
al recibir el premio Nobel de Literatura

viernes, 10 de diciembre de 2010

La Invitación














No me interesa lo que haces para ganarte la vida,
quiero saber lo que ansía tu alma y si te atreves a cumplir los sueños de tu corazón.
No me interesa tu edad,
quiero saber si eres capaz de parecer un tonto por amor, por ir en pos de tus sueños, por la loca aventura de estar vivos.
No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu luna,
quiero saber si has tocado el centro de tu pena, si las traiciones de la vida te han abierto el corazón o si te has marchitado y cerrado por miedo a sufrir.
Quiero saber si puedes sentarte junto a tu dolor o el mío sin intentar esconderlo, o alejarlo o siquiera repararlo.
Quiero saber si puedes permanecer con la alegría, la tuya o la mía, si puedes danzar locamente con lo salvaje y dejar que el éxtasis te recorra de pies a cabeza sin preocuparte por perder el equilibrio y olvidándote por un rato de las limitaciones humanas.
No me interesa si la historia que cuentas es verdadera,
quiero saber si eres capaz de decepcionar a otros para ser fiel a tí mismo y no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ver la belleza, aún cuando no sea bella todos los días y decirle sí a los desafíos y las pruebas en tu camino aunque tus fuerzas flaqueen.
No me interesa cómo llegaste hasta aquí,
quiero saber si te quedarás conmigo, de pie, en el centro de una existencia plenamente viva, con tu corazón ardiendo, y confiar en que esta vez no huirás.

The Invitation,
Oriah, mountain dreamer.
Traducción y adaptación: Victoria Branca

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Bendígame Padre...


















No existe una única versión. De nada. Y cuando creemos dar con una certeza inamovible y absoluta de algo estamos, seguramente, alejándonos de la verdad de aquello que sea.
Todo tiene sus facetas. Como el diamante. Que encierra perfección en sus múltiples caras.
Bueno, todo este introito e intringulis filosófico es para hacer una confesión. Ahí va. Absuélvame padre...
Soy una bruja encubierta. "Ya lo sabíamos", dirá con malicia algún que otro pariente, pseudo amigo o enemigo acérrimo, pero no. No hablo de mis debilidades y actitudes irritantes (o al menos, incomprensibles for the rest) Hablo del oficio. El de la cofradía de tiempos inmemoriales. El de la hermandad de las que danzan en los bosques y curan las heridas de maneras no convencionales. El de las perseguidas por las disquisiciones inquisitivas de los más débiles entre los débiles.
Pero no soy una bruja oscura, aunque haya visitado los reinos de Hades y Perséfone en más de una ocasión. Diría, más bien, que soy una aprendiz de bruja en vías de conseguir su tan ansiado título.
No os asustéis. No hago hechizos ni brebajes. Ni pócimas verdes y humeantes. Lo mío es el avistaje, no de aves, sino del alma.
No uso escoba ni calderos. Y aunque me visto de negro asiduamente, lo hago más por encubrir mis kilos rebeldes que por emular al gremio.
No llevo sombrero ni me acompañan gatos. Me gustan los perros y me persigno. Mis dientes son todos míos y el lunar que llevo es herencia paterna y no efecto de algun embuste.
Y en el 2011 pienso ejercer a plena luz del día. Por favor, padre, perdóneme. Pero de seguro usted también tiene algún lado en sombra. Bendígame, padre. Y en gradecimiento, permítame que le tire las cartas...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Se fueron las Chicas


















Se fueron las chicas. Llovía. Pero ellas partieron igual, chapoteando algo tristes y conteniendo el llanto.
¡Chau!, les grité. No sé si me escucharon. Llevaban pocas cosas. Chocolates y champú. Llaveros y chizitos. Chauchas y gotas fresca de lluvia.
¡Chapeau! les gritó un caballero. Y les hizo una reverencia gentil y respetuosa.
Muchos no saben que las invitaron a retirarse. Creen que se fueron por cancheras y chamuyeras. Pero no. Ellas no querían irse. Les gustaba pertenecer al numeroso grupo. Pero la realeza es así: chapada a la antigua.
¡Chupate esa mandarina! le comentó el portero del barrio al vendedor de chacinados. Y prometieron llamar al inquilino del cuarto piso, que es chileno y tiene contactos allá, en la madre patria.
La China, el Pollo y la Chueca están desolados. Las frecuentaban seguido. Al igual que el Cheto, la Chiqui y el Bocha. No tienen consuelo.
Prometí llevarles flores. Y no llorar. Pero eso es algo que no sé si podré cumplirles.
Mientras reacomodo el abecedario, las recuerdo, queridas CH y LL. Y les digo que siempre estarán en mi corazón.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Libro de Recetas



















Diciembre es un mes de regalos. Y aunque el fin de año suele abalanzarse con su carga extra de compromisos y eventos de última hora, es lindo y recomendable desacelerar un poco para elegir los regalos a conciencia.
Comprar por comprar es parte del vértigo al que pretende someternos el mastodonte del consumo. Pero elegir con tranquilidad algo especial para los que queremos es un placer que provoca bienestar.
En mis asiduas visitas a mi segundo hogar, las librerías, encontré este tesorito de libro que tiene un diseño soñado y un contenido delicioso. Se trata del primer libro de recetas de la chef Juliana López May, discípula de Mallmann y actual responsable de los sencillos y riquísimos manjares que se cocinan en el Boulevard Sáenz Peña en el tigre.
Es didáctico y agradabilísimo para los ojos, además de para el paladar.
Y si tienen tiempo y ganas les recomiendo la Feria de Navidad del Talar de Pacheco que comienza hoy y dura hasta el próximo domingo.
Pueden visitarla en el horario de 11 a 20 hs.
Y de paso, se autoregalan algo que les guste. Sin culpa. Y con la certeza de que mimarse a uno mismo es un gesto inteligente, además de saludable y necesario.
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