viernes, 26 de febrero de 2010

Ad Honorem


















La chica que regentea el boliche se fue a sacar fotos por ahí.
Me dijo que si venía alguien de ustedes les cantara algo.
¿O era contara?
En fin. Mi repertorio es escueto pero eficaz.
Si el silencio les resulta molesto mi chistan y yo largo lo mío.

jueves, 25 de febrero de 2010

Lo que perturba al hombre















"Lo que perturba a los hombres no son las cosas, sino la idea que se hacen de las cosas. Así la muerte no es nada temible, lo temible, en realidad, es nuestro juicio sobre la muerte declarándola temible.
Por lo tanto, cuando nos sentimos heridos, perturbados, afligidos, no lo atribuyamos jamás a los otros sino a nosotros mismos, es decir a nuestros propios juicios.
Acusar a los demás de nuestros infortunios es propio de un ignorante;
acusarse a sí mismo es de un hombre que comienza a instruirse;
no acusar a los demás ni a sí mismo es de un hombre perfectamente instruído."

Epícteto,
Manual de Epícteto

miércoles, 24 de febrero de 2010

Confieso que he pecado














De pensamiento, palabra, obra y omisión.
He comido de más, he dormido de menos.
He frecuentado al grupo de los siete, pasando largas horas
en companía de la peor: la pereza.
No he rezado. No he ayunado.
Y hube dedicado horas excesivas a lecturas impropias.
El ensimismamiento y las ideas alocadas fueron mi brújula;
el deseo, mi motor.
He dicho lo que pensaba y no lo que se debía. Y luego no pedí perdón.
Dije que no más de cien veces sin arrepentimiento.
Y en secreto le dije sí a lo que tuve ganas.
Y ¡Oh sí! he vaciado la mitad de esa botella yo sola y así, me absolví de todo.

martes, 23 de febrero de 2010

Anima Mundi


















Durante mis primeras peregrinaciones al Himalaya, hace treinta años, un sadhu me dijo una frase que en aquél tiempo me pareció desconcertante: "Si puedes comprender el alma de una mujer, conocerás el mundo y lo que hay detrás del mundo".
Ésta frase parecía a un tiempo banal y enigmática.
El arquetipo del anima mundi se ha perpetuado en las tradiciones esotéricas de Occidente desde la Antigüedad y, en cierto sentido, tenemos una conciencia inconfesada de la relación íntima de la mujer con la naturaleza del mundo. Pero había algo más en las palabras pronunciadas por aquel santo de mirada fija y penetrante, coronada por una espesa mata de cabello rojizo y vestido con una sencilla túnica remendada y descolorida; había una verdad que se emboscaba tras la aparente verdad de las palabras, sin duda ese "algo" que mistariosamente se ocultaba tras el mundo y que arraigó en mi conciencia de modo indeleble.
Gracias a la magia de aquellas palabras simples y fecundantes me habitó un intenso estado poético, una íntima poesía del ser.
La percepción del mundo era un acto poético. El descubrimiento de ritmos y de la melodía que atraviesa los fenómenos aparecía como una realidad al margen de todas las realidades parciales.
La poesía no era una sucesión de rimas, sino más bien una condición del alma que penetra en la naturaleza de todas las cosas para descubrir en ellas la vibración íntima de su interioridad, la música esencial que realza su forma y su sentido.
Más tarde me daría cuenta de que no existe verdadera filosofía, ni verdadera religión, sin poesía, es decir, sin eros conciente. Y lo femenino es lo que concede su poesía a la espiritualidad, al márgen del origen que tenga.

Extractado de una entrevista a
Jean Letschert,
artista, filósofo y escritor

lunes, 22 de febrero de 2010

Un parpadeo
















La vida es un parpadeo
fugaz
pero lento
que no es ni tuyo
ni mío,
pertenece sólo al tiempo..

Y la muerte
que no es ni tuya
ni mía
es sólo eso,
un parpadeo.

sábado, 20 de febrero de 2010

Ah! las vacaciones...














Voy a extrañar andar descalza por la vida...

viernes, 19 de febrero de 2010

Enemiga silenciosa


















"Self consciousness is the enemy of all art, be it acting, writing,
painting, or living itself, which is the greatest of all."

"La autoconciencia es enemiga de todo arte, se trate de actuar, escribir,
pintar, o el vivir mismo, que es el arte más grande de todos."

Ray Bradbury
Zen in the art of writing

jueves, 18 de febrero de 2010

Gandhi


















Nunca le gustó que lo llamaran maestro y, sin embargo, lo fue y a lo grande.
Nació en Porbandar y allí pasó su infancia.
Fue obligado a casarse a los trece años y, aunque deploró abiertamente que sus padres lo hubieran iniciado en el matrimonio a tan tierna edad, aprendió a amar a su esposa en cuerpo y alma.
Se recibió de abogado. Tuvo hijos. Viajó por el mundo.
Cultivó la austeridad y el despojo. Aprendió a domesticar sus pasiones.
Durante mucho tiempo vaciló entre el hinduísmo y el cristianismo hasta que optó por abrazar su religión de origen.
Estuvo preso. Oró y ayunó. Pero no de manera masoquista ni ejemplificadora, sino para seguir trabajando consistentemente sobre sí mismo.
No se consideraba culto y sin embargo su sabiduría simple y profunda se expandió sin límite, por todas las culturas.
Su vida no tenía secretos. Sí una hondura luminosamente atractiva.
Fue humilde y humano hasta la médula.
Combatió la violencia con la irracionalidad más grande: la no-violencia. Y cuando sus seguidores lo adoraron y ensalzaron respondió tranquilamente: "Nada nuevo tengo que enseñar al mundo. La verdad y la no-violencia se remontan a la noche de los tiempos."

miércoles, 17 de febrero de 2010

Invocación


















Que el viento sople siempre
en mis oídos
y haga del rumor incesante
melodías y cánticos.

Que la noche sea mi maestra
y cobije
en su cuna profunda
los profundos anhelos de mi alma.

Que la lluvia me bautice
una y otra vez
hasta que, desnuda,
pueda ver mi reflejo en todo.

Que la tierra me nutra
y me sostenga
con el humus sabio
que me devuelve la humanidad.

Que el sol queme
mis vanidades
y encienda con sus rayos
la luz que he de hacer brillar.

Que la luna acreciente
las mareas de mi pecho
y que bese mi corazón
todo corazón.

Que el cielo y la tierra
se desposen
y nazca de su lecho
mi verdadero nombre.

martes, 16 de febrero de 2010

Ámame cuando me recuerdes















_ Y... ¿no te veré más?_ pregunté desconsolada.
_ No te angusties, nos veremos en el Sol: un lugar radiante, luminoso y encantado, mucho más que el bosque.
_ Pero me cuesta aceptar que no te veré más aquí cerca de mí y que nadie me va a contar historias y chistes como tú.
_ Es bueno que tengas un lindo recuerdo de mí, eso me hace muy felíz, y si me extrañas desde ahora es porque me quieres y lo más alto que existe es el amor.
_ ¿Qué puedo darte yo a cambio de todo lo que tú me has dado?_ le pregunté.
_ Sólo ámame ahora que estoy y ámame cuando me recuerdes. Y, por favor, no estés triste ya que el Sol es un lugar hermoso. Yo estaré muy bien allí, hay muchos seres que yo amo que están allá esperándome y ansío abrasarlos_ me contestó.

Extractado de La Flor del Tronco
de Victoria Hynes,
Bergerac Ediciones

lunes, 15 de febrero de 2010

Entre Ángeles


















La semana pasada fui a ver la muestra "Los ángeles de Manucho" en Villa Ocampo.
Entre llevadas y traídas de hijas que rinden materias a destiempo, me encontré con la bandera de mi auto-remise detenida, y en lugar de estacionarme bajo algún árbol frondoso a dormir una siesta para hacer honor al sindicato, enfilé hacia las Barrancas de Beccar hasta la calle Elortondo.
Llegué pasadas las dos de la tarde, compré mi ticket en la entrada y subí las escalinatas que sostuvieron los pies de poetas como Tagore y Gabriela Mistral, próceres de las letras como Borges o Camus y músicos inspirados como Stravinsky.
Hacía calor. La humedad me siguió hasta el final de la escalera cuando traspuse una puerta de vidrio y pude acceder a la zona climatizada donde está el pequeño restaurant y la sala principal.
La poca gente que había almorzaba así que tuve el privilegio de recorrer la muestra a solas. O, más bien, rodeada de esos ángeles invisibles pero perceptibles cuyos rostros se espejaban en las fotos tomadas por Raúl Shakespear que ahora colgaban en silencio de las paredes de la casa de Victoria.
Mujica Láinez estaba diseminado en letras manuscritas, y ordenado en los textos que ilustran las imágenes.
"Los querubines se detenían sobre una ventana, abiertas las alas pequeñas bajo el rostro infantil, y miraban a los transeúntes..."
Yo era un transeúnte en esas dos salas, abriéndome paso bajo el aleteo mudo de esos seres que tanto me fascinan, y que tanto me han cobijado en mi vida.
Antes de abandonar la casa, y después de tomar algo fresco en la galería mirando al jardín, copié una frase que me gustó especialmente.
Habla de Buenos Aires. De su nombre. De su significado.
Dice:

Buenos Aires olvida cada vez más que se llama Santa María; que tiene un nombre misteriosamente vinculado con la idea de Anunciación, un nombre para que los ángeles lo pronuncien, Dios te salve.
Lo olvida, mientras la absorben preocupaciones harto diversas, nada angelicales...


Tal vez esa tarde, entre preocupaciones harto diversas, un ángel pronunció mi nombre. Y yo lo escuché.

viernes, 12 de febrero de 2010

Una carta de Amor


















Querido papá:

A diez días del accidente de nuestro avión, estoy muy triste porque recibimos por la radio la noticia de que habían suspendido la búsqueda.
Las esperanzas siguen y creo que las dos frases que deberíamos emplear son las tuyas: "Arriba el ánimo" y "Estamos jugados".
En este momento salió una brigada de tres chicos a buscar la batería de la radio a la cola del avión para ver si podemos hablar por ella y así nos salvamos.
En el avión se te recuerda todos los días, por muchos que quieren ir a pasar unos días a Casapueblo si nos salvamos.
Yo sé, papá, las que debes estar pasando tú en este momento. Yo quiero que sepas muchas cosas a través de esta carta,
1. Que te quiero como a nadie.
2. Que si muchas veces me pelée contigo no fue por broncas, sino por diferentes maneras de ver, y que vos, a pesar de tus defectos, has sido un padre excelente para nosotros.
Uno aprende a valorar las cosas cuando no las tiene y es ahora que me doy cuenta de lo que fuiste para mí y lo que si Dios quiere serás.
Tú no sabes lo que te extraño, también a la comida de Casapueblo, arroz, arroz, arroz... Los días lindos que hemos pasado y que si Dios quiere pasaremos.
Con respecto al accidente nos salvamos 26, y a mí lo único que me pasó fue un esguince de tobillo, pero ya lo tengo bien.
Si Dios nos ayuda, espero que lleguemos a Montevideo antes de los cumpleaños para cumplir con lo que vos casi siempre cumpliste.
Querido papá, te dejo millones de besos y abrazos. Si no me ves vivo, me verás en el más allá, junto a Dios.
Un gran beso de Carlitos Miguel, que siempre te quiere.


Carta de Carlitos Páez a su padre,
escrita en la cordillera de los Andes
el 23 de Octubre de 1972

jueves, 11 de febrero de 2010

La Fe en el tercer mundo


















A las ocho de la mañana el padre Duncan, el padre Heriberto y el padre Luis empiezan a inflar el templo, es decir que están a la orilla de un río o en un claro de la selva o en cualquier aldea cuanto más tropical mejor, y con ayuda de la bomba instalada en el camión empiezan a inflar el templo mientras los indios de los alrededores los contemplan desde lejos y más bien estupefactos porque el templo que al principio era como una vejiga aplastada se empieza a enderezar, se redondea, se esponja, en lo alto aparecen tres ventanitas de plástico coloreado que vienen a ser los vitrales del templo, y al final salta una cruz en lo más alto y ya está, plop, hosanna, suena la bocina del camión a falta de campana, los indios se acercan asombrados y respetuosos y el padre Duncan los incita a entrar mientras el padre Luis y el padre Heriberto los empujan para que no cambien de idea, de manera que el servicio empieza apenas el padre Heriberto instala la mesita del altar y dos o tres adornos con muchos colores que por lo tanto tienen que ser extremadamente santos, y el padre Duncan canta un cántico que los indios encuentran sumamente parecido a los balidos de sus cabras cuando un puma anda cerca, y todo esto ocurre dentro de una atmósfera sumamente mísitica y una nube de mosquitos atraídos por la novedad del templo, y dura hasta que un indiecito que se aburre empieza a jugar con la pared del templo, es decir que le clava un fierro nomás para ver cómo es eso que se infla y obtiene exactamente lo contrario, el templo se desinfla precipitadamente y en la confusión todo el mundo se agolpa buscando la salida y el templo los envuelve, los aplasta, los cobija sin hacerles daño alguno por supuesto pero creando una confusión nada propicia a la doctrina, máxime cuando los indios tienen una amplia ocasión de escuchar la lluvia de coños y carajos que distribuyen los padres Heriberto y Luis mientras se debaten debajo del templo buscando la salida.

Julio Cortázar
Papeles Inesperados

miércoles, 10 de febrero de 2010

Julie Taymor


















"Recuerda quién eres", le dice Mufasa a su hijo Simba entre sueños. Es una de las escenas del Rey León que más me gustan.
Tal vez esa misma frase haya escuchado Julie Taymor, responsable de llevar la historia de Disney al teatro con gran éxito, para desplegar todo su talento artístico y creatividad sin miedo. Porque a ella, que no le gusta definirse ni encasillarse, no le cuesta mucho recordar quién es y para qué vino a este mundo.
Artista consagrada, directora, escultora, diseñadora... pareciera que el chorro de la fuente de la creatividad la mojó por entera. Y allí, a esa fuente inagotable, acude a sabiendas de que encontrará nuevas ideas para llevar a la luz. Y para deleitarnos a quienes tenemos el privilegio de ver sus obras.
Lion King, Across the Universe, Frida, son sólo algunas de sus creaciones.
En una entrevista que le hiciera Oprah Winfrey en el año 2001 dijo: "Para crear hay que tener confianza en uno mismo y lanzarse a lo imaginado sin miedo. Si hay algo que te impide aventurarte en lo desconcido, es el miedo. A ése hay que tirarlo, sin dudar, por la ventana".
Cuenta que muchas de sus ideas se le aparecen en sueños. O cuando habla con otras personas. Y que confía plenamente en el proceso creativo, "al fin de cuentas, aunque no sea exitoso, será una experiencia rica de la que habré aprendido."
Así anda por la vida Julie Taymor. Guiada por esa voz que le susurra a cada rato que no olvide quién es, y que ponga manos y corazón a la obra.

martes, 9 de febrero de 2010

Canastos de Sueños










Todos llevamos a cuestas canastos invisibles de sueños a cumplir.
Algunos vienen con nosotros desde nuestra más tierna infancia; otros, se fueron incorporando con el tiempo en alguna esquina silenciosa de nuestro corazón.
Pero los sueños ignorados o no cumplidos no son silenciosos.
Murmuran su descontento por no haber podido salir a la luz. O por haberse quedado demasiado tiempo recostados y sin fuerzas para materializarse.
Nuestros sueños abandonados van conformando una vida paralela a la que vivimos. Una vida no vivida. Y al quedar rezagados y fuera de nuestros planes se confabulan para que no nos sintamos del todo satisfechos o felices.
Se cuelan en mitad de la noche en lo que soñamos. Se aparecen en carteles y anuncios. Tararean en canciones. Se escapan veloces de las bocas de otros. Y hasta llegan a agolparse todos juntos en nuestro pecho como si una multitud de percusionistas se hubiera dado cita allí.
La mitad de la vida es un suelo fértil y propicio para hacer germinar esos sueños olvidados. Pareciera que la vida vivida nos diera una segunda oportunidad y mayor sabiduría para darle cabida a todos esos ideales y deseos no vividos.
Ir en pos de sueños que están imbuidos de nuestra esencia nos revitaliza. Marca un norte luminoso que nos hace levantarnos cada día creyendo que todo es posible.
Hurgar en esos canastos repletos nos va restituyendo parte de quienes somos. Y a la vez que nos restaura, nos completa.
Así como hacemos listas para tantas trivialidades y asuntos cotidianos, es bueno y hasta recomendable hacerse una lista propia de sueños a cumplir.
Y ponerla en un buzón imaginario. Ese que lleva los anhelos más personales bien alto. Donde no hay voces de crítica y desaliento que los derriben. Ni burlas. Ni razonamientos que nada conocen de las razones del propio corazón.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Elemental, Watson
















Entiéndame -explicó-, considero que el cerebro de cada uno es como una pequeña pieza vacía que vamos amueblando con elementos de nuestra elección.
Un necio echa mano de cuanto encuentra a su paso, de modo que el conocimiento que pudiera serle útil o no encuentra cabida o, en el mejor de los casos, se encuentra tan revuelto con otro montón de cosas que resulta difícil dar con él.
El artesano hábil selecciona con sumo cuidado el contenido de ese vano disponible que es su cabeza. Sólo de harramientas útiles se compondrá su arsenal, pero éstas serán abundantes y estarán en perfecto estado.
Es un grave error el suponer que las paredes de la pequeña habitación son elásticas o capaces de dilatarse indefinidamente.
A partir de cierto punto cada nuevo dato añadido desplaza necesariamente a otro que ya poseíamos.
Resulta por tanto de inestimable importancia vigilar que los datos inútiles desplacen a los útiles.

Sherlock Holmes dixit...

Extractado de Estudio en rojo,
de Arthur Conan Doyle

martes, 2 de febrero de 2010

De mi alma inconquistable


















¿Qué mantiene a una persona en pie cuando el dolor es tán grande que lo único que puede hacer el corazón es echarse a dormir para siempre?
¿Qué pequeño o gran gesto es capaz de gritar una vez más, en los oídos sordos a toda esperanza, ese "talita kum", lévántate y anda?
A veces es una mirada profunda de amor.
Otras, un abrazo invisible pero poderoso.
En el caso de Nelson Mandela, que estuvo preso durante 30 años antes de ser presidente de su país, parece que fueron las palabras que leyó en un poema.


Invictus

Out of the night that covers me,
back as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
for my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cry aloud,
under the bludgeonings of chance
my head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
looms but the horrors of the shade,
and yet the menace of the years
finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate
how charge with punishment the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.


Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses que existan
por mi alma inconquistable.
Caído en las garras de la circunstancia
no he pestañeado ni llorado,
bajo los golpes que me echó la suerte
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuan estrecha sea la puerta,
cuan cargada de castigo la sentencia,
soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.


William Ernest Henley

lunes, 1 de febrero de 2010

Sepan disculpar...


















La autora de este blog se encuentra temporariamente fuera de servicio.
Sus facultades mentales han sido secuestradas con su consentimiento.
Nadie, y menos ella misma, ha pedido rescate.
El autor del siniestro es voluminoso.
Favor de no avisar a la policía ni a los medios.
Recompensaré...
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