jueves, 30 de agosto de 2012

El hilo de la trama


Por más que quiera dirigir el curso no puedo.
La historia se cuenta desde varios puntos de vista. No sólo el mío.
Quisiera dejar la memoria en remojo. Macerarla a fuego lento y sostenido. Dejarla ahí, en el fondo, pero los recuerdos son balas disparadas al centro de mi pecho y se hace imposible no ver la sangre manando.
"Conocerás la verdad y la verdad te hará libre", prometen las escrituras. Y en algún resquicio de mi antigua fe lo creo. Pero igual dudo. ¿Hasta dónde he de seguirle los pasos a un recuerdo?
¿Hasta qué agujero seré  capaz de zambullirme, como una niña que aún confía en ese país de maravillas?
"Salta, el abismo no es tan profundo", parece decir alguna voz invisible, venida para rescatarme de temores mal fundados.
Salta...
Pero hay otras voces también. Voces graves. Burlonas. Incisivas. Voces que espantan la osadía y el coraje. Que empujan con sus manos torpes el corazón que se asoma. Voces. Gritos. Sentencias...
Por más que quiera dirigir el curso no puedo.
Porque hay una trama invisible. Secreta. Verdadera. Que permanece a la espera de que yo tome la punta de ese hilo que lo une todo y me deje llevar. Hasta el tuétano. Hasta el centro donde mora el asustadizo Minotauro y lo mire, por fin, a los ojos.

Victoria Branca

sábado, 25 de agosto de 2012

¿Qué hay para leer?


Parece que ayer fue el día del lector.
Para mí, el día del lector y de la lectora es todos los días. O, más bien, los días que el lector y la lectora deseen hundir sus narices y sus manos en el libro que quieran.
Estoy leyendo varios libros al mismo tiempo. ¿O será que varios libros logran descifrar mis estados de ánimo a la vez? Como sea, leo y me dejo auscultar por distintos ejemplares. De distintos y variados temas.
Caminando por Avenida de Mayo, hace unos días, encontré un tesorito de Neruda que nunca me había regalado: "Odas elementales", y se vino a casa conmigo. También manoteé sin mucha reflexión un libro que tiene en la tapa a la valiente-irreverente Frida Kahlo, algo así como un compendio de las recetas de cocina de Frida o algo parecido. Todavía no lo leí.
Últimamente leo mucha historia argentina. De los ´70 en adelante. Libros densos pero necesarios. Para mí, al menos.
Y los libros que me leen por estos días son dos. No recuerdo sus nombres. Basta con que ellos sepan el mío.

viernes, 17 de agosto de 2012

Ex presa te


"El arte sana y salva", este es el leitmotiv de la muestra que presenta la artista Sol Storni en el Museo de Arte de Tigre (MAT)
La exhibición aborda la temática del abuso y la violencia de género no sólo física sino también psíquica y espiritualmente.
Se invita al público a participar de esta experiencia sanadora presentando una bombacha blanca intervenida personalmente, con dibujos, frases, imágenes, etc. que luego serán colgadas en una soga a modo de gran ténder en los salones del museo.

La muestra estará abierta hasta el 26 de Agosto
Inaugura el sábado 18 de este mes.

lunes, 13 de agosto de 2012

Contar la propia historia


O contar esas partes de la historia personal que uno recuerda. O que registra de la manera en que el propio recuerdo quiere. O puede.
La vida está hecha de momentos. O de retazos. O de pinceladas. O de la suma de partes que conforman un todo. O la parte de un todo.
A Philipe Pozzo di Borgo la vida le es obediente hasta que ocurre lo inesperado. Y todo cambia. Ahora hay que reescribir el guión personal. El de antes ya no encaja.
Eso no significa que la felicidad haya muerto. Ni los deseos. Ni el amor...

La película "Amigos intocables" está basada en el libro que escribiera Pozzo di Borgo, ex director de Pommery, después de un accidente que tuviera mientras volaba en su parapente.
Vale la pena. El libro, también.
Contar la propia historia resignifica y ayuda a sanar...


lunes, 6 de agosto de 2012

Me hubiera gustado decirte adiós: Credo


Creo en vos, ser humano como yo,
que creas cada día un mundo nuevo.
Creo en tu poder y en el mío, que participa del cielo y de la tierra.
Creo en el que es padre por obra y gracia del amor;
y creo en la que es madre de espíritu generoso y atento.
Creo en los hijos que vienen al mundo cuando lo desean
y se van de nuestro lado cuando menos lo deseamos.
Creo en el corazón del que sufre, que sigue latiendo a pesar de todo.
Creo en las caricias y en el abrazo;
en la mirada que desnuda y se desviste sin prisa.
Creo en los besos apasionados que nos resucitan el alma.
Creo en los secretos cuando son conservados,
porque maceran en el silencio y la lealtad.
Creo en las lágrimas que mojan la tierra impregnando a las flores de sales y zumos.
Creo en el lecho y el pan compartidos,
en las manos que lavan juntas y en las copas que se elevan por los otros.
Creo en las carcajadas que estallan como truenos musicales
y contagian a los serios y cabizbajos.
Creo en los atardeceres y en el crepúsculo,
pero sobretodo en el brillo de un nuevo amanecer.
Creo en la palabra que sopla en los oídos de los que están despiertos
y en los susurros que rozan con sus labios al que quisiera morir.
Creo en mis abuelos, que lucharon y resistieron a los vientos más huracanados.
Creo en mis hijas, que escribirán nuevos capítulos en el libro de la vida.
Creo en los horizontes que nos muestran el rumbo,
y en las estrellas que palpitan serenidad desde lo alto.
Creo en la luna, que es femenina y sigilosa;
y en el sol, que cobija y da calor.
Creo, sobretodo, en el amor,
que con sus pétalos y espinas se clava hondo en el pecho humano
para hacer del agua insulsa el mejor de los vinos.

Victoria Branca
Me hubiera gustado decirte adiós

miércoles, 1 de agosto de 2012

Me hubiera gustado decirte adiós: Despedirse


"De la oscuridad brotará la luz, del silencio ascenderá el canto, de la inmovilidad surgirá la danza."
Jean Monbourquette


Dicen que cuando uno ha cumplido lo que vino a hacer a este mundo, se va. Como si ya no tuviera nada más que hacer aquí. Somos los que aún seguimos vivos en esta tierra los que tendremos que encontrarle un significado al dolor, para que no nos quedemos atrapados en él perdiendo de vista nuestra tarea. Pero por el momento tendremos que tener paciencia. Primeramente con nosotros mismos. En ningún lado está escrito cómo habremos de transitar nuestro duelo. Es personal y único. Y pretender encasillarlo para comodidad de otros no hará sino prolongar indefinidamente el sufrimiento y estancarnos en un pantano del que nos costará salir.
Será necesario que nos apoyemos en las personas que nos quieren, como si fuésemos niños otra vez. Los necesitamos para transitar confiados este sendero desconocido, este camino misterioso que tarde o temprano todos tendremos que atravesar. Sin olvidar, como dijo C.S Lewis al perder a Joy, que el dolor que ahora sentimos es parte de la felicidad de entonces.
Cuando uno atraviesa en profundidad un duelo es como si volviera a nacer. Nos parece haber atravesado un canal de parto oscuro, resbaladizo, en que nos sentimos comprimidos, asustados. En el que por momentos no podemos ver la luz al final del túnel.
Pero un día sacamos la cabeza, vemos al sol, otras caras nos sonríen. Nos damos cuenta de que no estamos solos. Que no somos los únicos seres en el universo que han sufrido una pérdida. Y, lo más importante, que nuestros seres queridos que murieron siguen viviendo en nuestro corazón.
Y el mejor homenaje que tal vez podamos hacerles es vivir nuestra vida plenamente. Agradecidos por el tiempo que los tuvimos junto a nosotros y confiados en que volveremos a estar juntos otra vez.

Victoria Branca
Me hubiera gustado decirte adiós
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