miércoles, 20 de enero de 2010

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Querida:

Te escribo esta carta para recordarte ciertas cosas que es probable que olvides durante el año.
El tiempo suele ser un buen maestro, pero también sella lecciones mal aprendidas y apoltrona malos hábitos.
Mi deseo es que no desaparezcan como fuegos artificiales los destellos de lucidez que te regala la vida en momentos de ocio.

He aquí la lista de recomendaciones:

A los seres queridos hay que cuidarlos como a las plantas de un jardín. Regarlos con besos y abrazos, protegerlos de las inclemencias del tiempo y podarlos cuando sea necesario para que crezcan fuertes y saludables.

Comer y descansar son necesidades básicas y, por ello, la base donde se asienta la salud y el buen funcionamiento de todo tu organismo.

La respiración te mantiene viva. Es gratis y expande no sólo tus pulmones, sino tus horizontes.

La música es el pasadizo que te conecta de manera directa con tu alma.

Ciertas rutinas son necesarias e inevitables, pero la flexibilidad y el ingenio florecen en un espíritu de aventura y curiosidad.

De lo que te digan no lo creas todo. De lo que veas, la mitad.

Ponéle riendas a tu lengua que suele zafarse y desbocarse con facilidad.

El ejercicio regular te hace bien. Te energiza. Remueve humores densos. Y te llena de ideas creativas.

Los verdaderos amigos son escasos, por eso, ponelos entre los primeros en tu lista de prioridades.

Sé tu mejor amiga. No te desvalorices ni te critiques en exceso. Date permisos y placeres. Y llamate al orden cuando te alejes demasiado de tu esencia.

Sé tu mejor alumna. Y escuchá con atención a quienes te quieren y te confronten con verdades que no te animás a ver.

Sé dócil cuando tengas que bajar la cabeza y fuerte cuando tengas que llevarla en alto.

Hacé silencio para la crítica despiadada y el chisme.

Gritá sin miedo tu verdad.

Cantá siempre. Es un don y abre los corazones.

Llorá sin vergüenza.

Rezá en lo secreto.

Reíte seguido.

Perdoná setenta veces siete.

Perdonate otro tanto.

Jugá, explorá, equivocate y ponete de pie otra vez.

Y guardá en el cofre de tu corazón a tus sueños, que son la estrella hacia la que tu barca se dirige y el viento que impulsa sus velas.

Te quiero,
Yo.

5 comentarios:

laura dijo...

ya me lo copié, a leero todos los días. porqué si lo sabemos y nos da paz y nos hace bien nos salimos de eje y nos olvidamos?

Victoria dijo...

Porque somos humanos. Por la fuerza de gravedad. Porque nos da fiaca. Porque cuesta más que hacer lo contrario... yo tengo excusas y razones de todo tipo y color. Por eso me escribí la carta, ahora que estoy de vacaciones y mi yo más elevado me visita más seguido.
Un beso grande Laura!

Yacanto dijo...

me prendo esta carta como escarapela. Gracias. ¡Tesorazo lo de Cortázar! Besos enormes. Floppy.

BEA dijo...

TODO ME LLEVA A HACER..., Y SÓLO ME FRENO EN PERDONÁ...,¡CÓMO ME ESTÁ COSTANDO EL "perdón"!= don perfecto, decíamos: soltar, dejar ir los rencores, las fieras, lo que me hicieron?
Y vuelvo a "mí película" -LOVE STORY- Amar es nunca tener que pedir perdón, NO SON TODOS ES MI PRÓJIMO ó PRÓXIMO!!! cuesta y duele.
PERO YA SALDRÁ, YA PODRÉ, YA VERÉ, YA SERÁ... SON LECCIONES MAL-APRENDIDAS!!!

gracias por "Querida", "Te quiero" YO... siempre viene bien. BEA

Anónimo dijo...

Buen catálogo para vivir :)

Gracias por tomarte el trabajo de recopilar estas verdades y compartirlas.

Besos!

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