jueves, 25 de junio de 2009

LUCES Y SOMBRAS





"Todos llevamos dentro nuestro un Hitler y una Madre Teresa", decía Elisabeth Kübler Ross. Que es lo mismo que decir que todos albergamos en nuestro interior el cielo y el infierno.
Creer que son conceptos ajenos a nuestra condición es volver a endilgarle la culpa a un tercero: Dios, Adán, la serpiente, o el mandatario de turno.
Cuanto menos aceptemos esta realidad intrínseca a la condición humana, más guerras se desatarán como huracanes furibundos en el mundo exterior. Porque lo que ocurre fuera de nosotros es el reflejo de lo que acontece en el corazón humano.
¿Cómo no va a haber odio entre dos países si no logramos ponernos de acuerdo con el vecino de nuestra calle? ¿Y cómo conciliar puntos de vista con el extranjero si tratamos como un extraño al que vive con nosotros?
Y más aún, ¿Cómo sería posible unir en el mundo lo que está dividido en el corazón?
Hasta que no aceptemos que la realidad que existe es la que nosotros mismos creamos; hasta que no dejemos de acusar al prójimo para salvar nuestro orgullo; hasta que no bajemos la mirada y comencemos a contemplar nuestro interior, el mundo seguirá dando tumbos, y nostros seremos barcazas sin vela a merced de los temporales de la vida.
¿Por qué nos escandalizamos tanto cuando un misil impacta y aniquila parte de una ciudad y apenas nos inmuta la capacidad de destrucción que tiene una mirada de desprecio?
¿Cómo es que nos horrorizamos tan fácilmente por la bajeza ajena y no somos capaces de asumir la miseria propia?
¿Será, tal vez, porque asomarse a ver lo que acontece detrás de la ventana de enfrente es menos incómodo que contorsionarse para ver de este lado?
El manual invisible del crecimiento parece tener un poco borroneado un capítulo. El que dice que madurar es hacerse cargo de un mismo, con todo el carnaval que baila dentro.
Con las luces y la sombra. Con el entramado de trigo y de cizaña. Con el afán desaforado del caprichoso y con la generosidad sincera de la desprendida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uhy..que sierto..parece mas facil acusar que acusarce....que loco! como podemos ser tan crueles creyendonos mejores....uhy...que despojos...cuanto vale...duele...al menos ami me duele reconocer mis despojos,no porque me cueste aceptarlos,sino, porque me da bronca aun no moder modificar esas horribles actitudes...ya las veo!!! seguire trabajando para erradicarlas de mi vida.
Gracias Victoria por ayudarme a reflexionar!!!!
Marcela mamá de Catalina,hermana de Barbara mis 2 angeles

Anónimo dijo...

..."Hacerse cargo de uno mismo con todo el carnaval que baila adentro"...GUAU.
Tal vez así dejemos de apuntar y disparar al "desviado" y empecemos a comprenderlo.

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