jueves, 12 de julio de 2012

Me hubiera gustado decirte adiós: Algo personal


"Alguna noche en duelo yo encuentro tus pupilas"
Delmira Agustini


Cuando mi padre murió, el mundo dejó de ser para mí un gran campo de juegos y se transformó de súbito en un descampado repleto de peligros. Su muerte, caratulada como "desaparición", fue el preludio de un réquiem silencioso que mi corazón cantaría a escondidas durante mucho tiempo. Yo tenía en ese entonces nueve años.
Corría el año ´77. Eran tiempos en que el silencio era la respuesta adecuada ante el miedo. De la muerte de mi padre no se habló nunca. De cómo había sucedido, menos. Eran detalles que tenían que permanecer detrás del mismo velo difuso en el que desaparecieron tantas personas durante esos años oscuros. Además, todo contribuía a que el misterio se tragara las muestras de dolor pronto, ya que a los desaparecidos no se los vela, ni se los entierra. Simplemente se esfuman de la faz de la tierra como si fuesen fantasmas. Y se alberga la creencia de que el desaparecido sea eso, alguien que anda perdido por algún rincón del mundo y que pueda aparecer mágicamente en cualquier momento.
Pero la realidad se encarga de desbaratar los trucos con que la mente intenta escapar del dolor, y a medida que pasa el tiempo las esperanzas desaparecen también.
¿Qué se hace entonces con el propio sufrimiento? ¿Se lo ahoga en las aguas del olvido? ¿Se lo amordaza y se lo echa en el fondo de un sótano? ¿O le permitimos que nos siga torturando hasta morirnos de pena?
El duelo es el proceso natural que sobreviene a una pérdida. Cuanto antes se inicie más pronto cicatrizarán las heridas. Los ritos que tiene que ver con la muerte contribuyen a dar inicio a este proceso. Pero, ¿qué sucede con los que han sido dados por muertos pero cuyos cuerpos no aparecen ni aparecerán jamás? Por lo pronto no reciben sepultura. Sus restos no "descansan" en ningún lugar, ni existe un cementerio donde se los pueda "visitar". De esta manera el duelo se posterga indefinidamente y el dolor se perpetúa en el tiempo.
Los ritos tienen la cualidad de ser signos concretos que ayudan a concluir los asuntos pendientes y aceleran el proceso de sanación. Asistir al velorio para despedirse, tirar pétalos de rosas sobre el cajón, leer una lectura, celebrar la misa, cantar, son todos gestos simbólicos que contribuyen a dar inicio al duelo y nos ayudan a entrar en el proceso de manera sana.
En mi caso, en que el cuerpo de mi padre nunca apareció y no pudo realizarse el rito de cierre correspondiente como es el entierro, el duelo se perpetuó en el tiempo y mi herida se mantuvo artificialmente tapada durante muchos años. No pude transitar la despedida de manera adecuada y cada nueva pérdida a la que me sometía la vida obraba como avispero, reviviendo el dolor y volviendo a abrir la herida que aún supuraba.
En los entierros de otras personas a los que asistía, lloraba no sólo por el que acababa de morir, sino también por mi padre. Fui, entonces, realizando el proceso en cuotas o pequeñas dosis y alargándolo más de lo necesario.
Cuando no se puede iniciar un duelo de manera natural hay que iniciarlo de manera creativa. Si no, es la vida la que se encarga de ubicarnos de alguna manera en la senda por donde transitan las despedidas. En cuanto a la manera de decirle adiós a mi padre, realicé, muchos años después de su muerte, un ritual casero. Una tarde fui al Delta, en Tigre, y después de haberle hablado en el corazón arrojé una vela flotante al río. De esa manera di por concluido un duelo que se había prolongado indefinidamente y me impedía cerrar una herida profunda. Fue mi manera de poner en palabras y gestos lo que el espanto pretendía dejar mudo para siempre. Y de empezar a recuperar esas partes mías que yo había exiliado inconscientemente lejos de mi alma.

Victoria Branca
Me hubiera gustado decirte adiós

1 comentario:

eli dijo...

Por dios, qué fuerte esto, Victoria, y tenés esa manera de describir que uno va sintiendo a la par tuya!
Qué decirte? bienvenidos el cierre y la sanación.
Te dejo un abrazo, y vos me dejás emocionada.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Un arma poderosa

Un arma poderosa