martes, 17 de agosto de 2010

Una sensación extraña














Estoy casi convencido de que nunca estoy despierto. No sé si no sueño cuando vivo, si no vivo cuando sueño, o si el sueño y la vida no son en mí cosas mixtas, entrecruzadas, de las que mi ser conciente se forma por interpretación.
A veces, en plena vida activa, y en la que, evidentemente, estoy tan claro acerca de mi como cualquiera, llego a suponer en mí una sensación extraña de duda; no sé entonces si existo, siento que es posible que yo sea el sueño de otro, se me figura casi carnalmente que podría ser el personaje de un relato, moviéndome al vaivén dilatado de un estilo, en el marco de un gran despliegue discursivo.
He advertido, muchas veces, que ciertos personajes de novela ganan ante nosotros un relieve que nunca podrían alcanzar nuestros conocidos y amigos, esos que nos hablan y nos oyen en la vida visible y real. Y así como sueño la pregunta acerca de si no será todo, en este mundo, en conjunto, una serie interpenetrada de sueños y novelas, como cajitas chinas _unas dentro de otras y éstas a su vez dentro de otras, siendo todo una historia con historias, como las Mil y una noches, que se despliega falsa en la noche eterna.
Si pienso, todo me parece absurdo; si siento, todo me parece extraño; si quiero, el que quiere es alguien en mi que no soy yo. Siempre que en mí hay acción, reconozco que no fui yo quien la emprendió. Si sueño, parece que me escriben. Si siento, parece que me pintan. Si quiero, parece que me ponen en un vehiculo, como una mercadería que se despacha, y a la que sigo con un movimiento que considero propio hacia donde no quise que fuera sino después de que allí estuvo.

Extracto del fragmento 285,
del Libro del Desasosiego,
de Fernando Pessoa.

La foto la saqué en una callecita de Praga

2 comentarios:

Natalia dijo...

Gracies Victoria por tis palabras...ya estoy mejor...como siempre el sol sale, despues de las tormentas
Gracias nuevamente, yo te recomiendo un libro viejito pero conmovedor: "Los pasajeros de jardin" de Silvina Burllich
Cariños. Natalia

laura dijo...

Praga es tan sueño. Y este relato en el q mezcla la realidad, lo onírico, la mezcla de sensaciones, estas cosas son las q me hacen amar a Pessoa como si fuese un viejo amigo. Tan lindo
texto.

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