martes, 7 de junio de 2011
La Buenos Aires de los Escritores
Caminar la ciudad de Buenos Aires tiene su encanto (siempre que no te topes con alguna manifestación o piquete) Pero recorrer sus barrios de la mano imaginaria de sus escritores ¡es mágico!
Álvaro Abós en su libro "Al pie de la Letra" oficia de guía generoso adelantándose unos pasos y retrocediendo otros en el tiempo para que el caminante pueda revivir anécdotas y conocer más de cerca a quienes han escrito las páginas más ricas de la literatura Argentina.
Así, la Avenida de Mayo deja de ser una explanada política para transformarse en un boulevard de plátanos que custodian el Café Tortoni (sede de tertulias de escritores tantos...) y el Palacio Barolo (que replica en su interior el infierno y el paraíso de Dante)
La avenida Corrientes abandona por un rato sus máscaras teatrales para convertirse en un corredor que alberga librerías de nuevo y de viejo y las casas que supieron cobijar a dos grandes: Gelman, el poeta; y Borges, el gran lector.
La zona de Recoleta y su cementerio susurran en silencio historias y leyendas, mientras hordas de turistas caminan su calles empedradas ignorando que la carne no sólo es sabrosa y abundante sino débil y perecedera.
Palermo es sede de jardines (el botánico y el zoológico) y le dan al barrio una bocanada de oxígeno puro entre tanto transporte público y acelerado. Y los jardines son escenario de relatos para Roberto Arlt y de recuerdos infantiles para Borges.
Al pie de la letra sigue viaje por el barrio de Once, Chacarita, Barracas, Mataderos, La Boca, Constitución...
Habrá que preparar distintas expediciones para sorberle el jugo y la sabiduría a esta guía que Abós supo recrear con talento y que Alfaguara acaba de reeditar en versión ampliada y corregida.
Al pie de la Letra
Álvaro Abós
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3 comentarios:
mil gracias por el dato!. Ahora empieza una epoca apropiada para caminar por las callecitas de Bs As que tienen ese que se yo......tinker bell
Qué atractivo libro! me acuerdo que en un viaje con mis viejos a BsAs hace muuucho, fuimos al Tortoni y yo me sentía como si estuviera en no sé qué santuario.
Me encantaria recorrer esta ciudad, pasear por sus barrios, librerías, entrar en el café descrito, escuchar sus sonidos, y el idioma que para una española como yo es como el alma pérdida de mi lengua, tan dulce y con palabras tan bonitas como ese "vos", que aquí suena como si realmente fueras una dama de esas de las novelas, y sentirse así por unos días. De momento tomo nota del libro.......
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