sábado, 3 de octubre de 2009

Magic happens


















Yo no lo busqué, pero él me encontró.
Estaba quietito y silencioso mirando como yo buscaba el interruptor general,
que en Google no está, y me interrogó con la mirada.
Sí, le dije, quiero que pare de dar vueltas aunque sea dos horas.
Nada más. Con dos horas me conformo.
Hizo una mueca que a mi me pareció una media sonrisa, como de burla, pero
no era eso. Lo entendí después.
Y cuando supe que no había forma de que el mundo se detuviera, o yo me bajara
de su circuito incesante, acepté su oferta.
"Teletransportación", "Bilocación", "Transubstanciación",
"Disociación", "Viaje astral"...
A todo respondió que no.
Bueno, le dije dándome por vencida, lo que sea, y me acurruqué entre sus patas peludas a mirar ese paisaje infinito y distante donde viví durante tantos años.
Y si tengo buena estrella, puede que supere las dos horas..

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