martes, 6 de abril de 2010

El retorno del Grial















La historia del grial es maravillosa.
Comienza con la figura heroica de Perceval, que vive en un bosque junto a su madre.
Ésta, después que su marido y su hijo mayor dan la vida en combates como caballeros del rey, decide apartar a Perceval de ese mundo saturado de conflictos y de guerras.
Transcurren así años tranquilos hasta que, un día, el destino quiere que el jóven se cruce con tres caballeros perdidos en el bosque.
Al verlos, siente una gran conmoción, se precipita hacia ellos y dice, con inocencia: -¡Ustedes deben ser ángeles!
Lo que Perceval ha visto es la imagen de lo que Jung conceptualiza como el arquetipo innato: cuando se está en presencia de aquello que uno está llamado a ser, se produce un enamoramiento.
Uno ve en el objeto, en ese otro -que puede ser un gurú, un hombre o una mujer- cualidades que , en rigor, están dentro de uno, aunque encarnadas en el otro.
Nuestros ideales se proyectan entonces en otra persona que se convierte, en consecuencia, en la promesa de un nuevo sentido y de una nueva vida.
Perceval, tras el encuentro, decide dejar el bosque y seguir a los caballeros. Tanta prisa tiene por partir que se olvida de despedirse de su madre. No llega a ver cómo la jóven viuda, al conocer la noticia, sucumbe en la puerta de su casa.
Este abrupto fin es un hecho muy simbólico: en el momento mismo en que Perceval sale al mundo, concluye su relación como hijo.
Muchas veces cuando soñamos con la muerte de alguien, ello no significa que dicha persona se vaya a morir realmente, sino que se ha cerrado el ciclo de la influencia que ejercía en nosotros.

Jean Shinoda Bolen,
doctora en medicina y analista Junguiana.
Extractado de una entrevista que le hiciera
Soledad Constantini para El hilo de Ariadna.

2 comentarios:

Madame Lulu dijo...

no tendría que darnos tristeza que se cierre el ciclo de influencia

eralamaga dijo...

excelente victoria,gracias por compartir estas cosas!!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Un arma poderosa

Un arma poderosa