lunes, 2 de mayo de 2011

Al otro Lado













Cuando uno se acostumbra a vivir de este lado del río siente temor de lo que pueda haber del otro lado. El lado conocido parece siempre más seguro que aquél que no se conoce. Aventurarse, decidirse alguna vez a cruzar hacia el otro lado, sea el que sea, infunde pavor.
Alejarse de los márgenes familiares, de las costas protegidas, de los marcos de referencia cotidianos, eso, genera pánico.
Se nos educa para permanecer y soportar. Para acopiar y retener. Para conservar y acumular. Partir, irse, eso sólo llegará con la propia muerte, nos decimos. Pero la vida nos destierra de maneras inesperadas. Nos lanza lejos de nuestro hogar y nos deposita frente a umbrales inéditos e inimaginados, azuzándonos para que crucemos al otro lado. Al fin de cuentas, para eso hemos aprendido a construir puentes y, también, a destruirlos.
Toda vez que elegimos quedarnos en lo conocido gana el miedo. Son dos los grandes temores que mueven los hilos de nuestra existencia: el miedo a la muerte y el miedo a la vida. Y entre uno y otro extremo se desarrolla nuestra historia.
A veces pretendemos evadir a la muerte llenándonos de actividades incesantes. Pensando ininterrumpidamente. Atontando el dolor. Ocultando nuestras heridas y miserias. Construyendo un yo adaptado al frenético pulso del mundo moderno. Y de esa forma esquivamos nuestra inevitable finitud. Pero al hacerlo, dejamos de vivir y nos convertimos en sobrevivientes. En seres que transitan a tientas el tiempo de descuento hasta que algún dios maldito haga sonar el silbato y grite ¡Out!
Otras veces, nos refugiamos en el territorio que nos sabemos de memoria, y asfixiamos deseos, sueños, sentimientos, emociones, para que esa extensión conocida en la que aprendimos a permanecer nos sea suficiente. Pero no lo es. Y el alma empieza a marchitarse hasta que enferma.
Los umbrales son momentos de iniciación. Toda vez que la vida nos deposita en alguno nos está pidiendo una respuesta. ¿Cruzaremos esta vez? ¿O daremos media vuelta para volver a los refugios y trincheras de siempre?

Victoria Branca

11 comentarios:

Anónimo dijo...

que lindo lo que escribiste!!! muy buena semana Victoria beso tinker bell

Gloria dijo...

Hola Victoria1 Me encantó leerte sobre la felicidad.....y hoy, que bueno lo de las orillas, y cuánto cuesta a veces entender esto de disfrutar el momento de la felicidad, y de animarse al ir y venir de una a otra orilla. Un beso, nos vemos, Gloria.

eli dijo...

Hola Victoria! Es verdad todo lo que decís, es que no siempre nos resulta fácil distinguir entre una trinchera y una trampa.
Excelente tu reflexión. Besos!

Moni dijo...

Cruzar el puente o dar la vuelta y volver?
Cuantas veces no me animé a cruzar!!!
Por suerte ya estoy aprendiendo que por algo nos topamos con ellos en el camino...
Ah, y tambien pude empezar a construir mis propios puentes para cruzar del otro lado cuando veo que el camino que tomé no va más... A veces es cuestion de dar el primer paso...
Mil gracias ... me emocionó mucho!!!
Linda semana!!
Moni

Pilita en: Mis cositas y yo desde aquí... dijo...

Vicky, que cierto todo lo que expones.
Yo me apegué mucho a lo seguro, a lo estable, conocido e incluso a lo que me exclavizaba.
Pero llegó la hora en que quise ser feliz y doy gracias a Dios, a la vida y a mi desición por los frutos que cada día recojo.
Todos merecemos y tenemos la obligación de ser felices.
Abrazos,
Piedad

Bea dijo...

Lindo Victoria, sabio...,"aunque tenía la felicidad asegurada... vino el destierro, y surgió la oscuridad". Sigo parándome en mis umbrales y este último fué el Machu Pichu (estas Pascuas), después de Costy... me reí todo el viaje, amé la grandeza, lloré mis miedos, compartí, caminé... todo a 14° como lo dispusieron los Incas!!! cada subida pesaba la mochila. Estaba en la Puerta del Sol y explotó mi carcajada, ESTO PASÓ, también.
Bendiciones de mi mariposa! y del alma que sigue viviendo.
Un beso

Meine Dinge Franka dijo...

I like your playlist!

Salut!
Franka

Victoria dijo...

Welcome Franka!

NINA P. dijo...

cruzado (wasn´t easy) xxx

Victoria dijo...

Qué emoción, Nina P. Volviste!

Anónimo dijo...

Que real vicky todo lo que decis
Hay que atreverse y me gusto lo del comentario de eli sobre la diferencia entre trinchera y trampa
Por eso no me canso de trabajar sobre mi asi puedo distinguir las diferencias. No puedo negar que a veces me canso un poco y me tomo unas vacaciones para que en el reposo nazca la respuesta justa
Desde rio de janeiro te mando un gran beso
Te recomiendo el libro de irene nemirosky Nieve en otonio
Un real relato sobre el exilio y sus realidades,aprendizajes y dolores. Me lo trague en el vuelo a RIO.encima con descrpciones de paris que me hicieron revivir mi expatriacion tambien
Otro beso
Maria berardi

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