martes, 3 de noviembre de 2009

Cartas


















Extraño enviar y recibir cartas.
Pero las verdaderas, las manuscritas.
Ese arte que la velocidad moderna pretende dejar olvidado por el camino.
En ese sentido soy algo antigua.
Me gusta el olor del papel, su textura, su color...
Pero sobretodo me gusta la letra escrita. La tinta deslizándose como una bailarina por lo ancho de la hoja. Contorsionándose. Abriéndose generosa y cerrándose íntima. En ese movimiento de sístole y diástole, como el corazón.
Cuando vivía en París, en el 91 y 92, no había e-mails, ni blogs, ni nada de estos inventos cibernéticos. Había que sostener la paciencia y esperar a que el bendito cartero pasara por la puerta de mi edificio y dejara algo para mí.
Encontrar los sobres estampillados bajo mi puerta era casi un pre-infarto. Tanta emoción contenida que finalmente tenía piedra libre para expresarse...
Y sentarme a leer, apurada pero de a poco, para que no se acabara demasiado pronto esa sensación.
Luego una segunda leída. Y una tercera. Y en la cuarta, nuevos descubrimientos. Algo que no había visto la primera vez.
Y una vez devuelta a su envoltura ir corriendo a buscar mis sobres, y mis papeles, para enviar la respuesta.
Sin tiempo que perder. O el corazón dejaría de bombear la tinta a ese ritmo magnífico en que late cuando uno recibe lo que espera.

5 comentarios:

NINA P. dijo...

uyy sí, nada como esos sobres que aparecen desde abajo de la puerta...desde París, desde San Francisco, desde Atenas!

laura dijo...

Tengo 46.Viví las cartas, el correo, la paciencia de saber que no había otra más q esperar, ir al correo, la felicidad de la letra conocida en el sobre.
Viví cartas de un noviazgo larga distancia a los 20. Esas las tiré, un día las tiré, una pena. Atesoro las de Ceci Cueva, de cuando ella vivía en el sur. Guardo las de mis hermanos cuando se fueron a España. Cada 15 días. Los llamados larga distancia eran caros y no siempre se lograban, había que pedirlos a la operadora.
Me encantaría recibir cartas manuscritas. La letra, los sobres, el palel, el olor, poder apretarlas cerca del pecho, saberlas reales. Nostalia.

BEA dijo...

GUARDO SOBRES Y PAPELES DE KITTY, DE ANGELS, DE CUADROS FAMOSOS, DE PEQUEÑOS PERSONAJES... Y SI QUIEREN PREPARO UNA ENCOMIENDA Y LES MANDO UN JUEGO A CADA UNA?
una vez: en nuestros veraneos en las sierras de Córdoba... celebramos el casamiento de una prima con el cartero (rubio,jovencito y tímido)que venía todos los días a traernos la correspondencia de compañeras del cole, algún novio, y personas más allá de los mares... Fué re lindo con anillo de papel plateado y el rubor de los novios... que no entendían pero SÍ quería.
QUE RECUERDOS...ESOS DE ANTES, NO? BEA

Guille Mc Lean dijo...

Guardo todas las cartas y cada vez que las leo me sigo emocionando aun mas....Gracias Vicky .....por hacerme acordar de tantas cosas...

Anónimo dijo...

Tengo todas y cada carta que me enviaron en la vida....y en cada mudanza, vuelvo a releerlas y me emocionan como la primera vez que las abrí a leerla.....me transporta, me encanta.....Maite

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