viernes, 25 de febrero de 2011

Una gozosa unidad
















El mundo ha combatido históricamente la insurrección. Con la creación de los manuales de convivencia y comportamiento, la sociedad cobró vida y el orden se estableció como un estandarte de civilidad.
La civilización occidental venera la vida ordenada. Y su contraparte, el caos, es signo de bruta barbarie.
El mundo, desde que los custodios del paraíso nos echaran dando un portazo, es una lucha constante entre esto y aquello, ese y aquél, lo que pienso y lo que siento, deber y placer. Y la vida transcurre en los carriles construídos por sociedades que intentan dirigir al convoy hacia las metas fijadas. O hacia los corrales adecuados. O hacia las preciosas jaulas doradas del consenso.
Pero la vida no es orden absoluto (tampoco caos infinito), ni disección arbitraria, ni páginas ordenadas de algún libro universal.
La vida es movimiento. Se asemeja más a una danza libre que a una marcha organizada. Y parece andar más por laderas y orillas que por rutas asfaltadas y estrechas.
Toda vez que pretendamos que nuestra vida transcurra en linea recta es seguro que en alguna curva nos salgamos de pista. Y si nos empecinamos en combatir los sentimientos espontáneos para adecuarlos a lo que debe ser, es probable que estemos gestando un pequeño monstruo interior, como el pobre Jeckyll, que termine amotinándose en nuestra contra.
"Un impulso que se contiene se carga de energía y se convierte en inhumano", avisa Marie Louise Von Franz, la discípula de Jung.
Y esa energía estancada y deformada termina enfermándonos, sumiéndonos en una tristeza rancia. Y sombría. Y nos aleja irremediablemente de un componente esencial de la vida: el gozo.
La vida también es eso: "Una exultación del espíritu". Es alegría y deleite. Y un pequeño paraíso vivo y danzante con sus puertas abiertas de par en par.
Y la danza ocurre en medio del caos y el orden. Del día y la noche. Del deber y el deseo. De éste y aquél. De ésto y aquello.
Y mientras uno danza no hay nada de qué preocuparse.
Los montruos y las sombras obran como esos custodios rígidos que mantienen las puertas cerradas, dejando toda la fiesta oculta para nuestros ojos. Pero sólo son creaciones de nuestra desmemoria. Y de nuestro temor.
Hace falta salir del autoencierro. Quitarse los pesados zapatos del acostumbramiento y dejarse llevar por la música. Y permitir que, a través de nosotros, el cielo y la tierra vuelvan a ser lo que siempre fueron: una gozosa unidad.


Victoria Branca

13 comentarios:

Anónimo dijo...

la vida es eso que te ocurre mientras estas planeando hacer otras cosas como decia John Lennon tinker bell

Anónimo dijo...

Hola
Aca vibrando juntas ante tus palabras tan ciertas... aprendiendo a convivir con nuestros monstruos para poder BAILAR la danza de la vida...
Tus fieles seguidoras...
Thelma y Louis

Moni dijo...

Mejor seguir danzando... a veces más lento, a veces más ligero... pero seguir danzando
Hermoso Victoria!!
Lindo finde!!

Anónimo dijo...

Me parece una reflexión, o un texto, lleno de bellas palabras, pero finalmente débil en su acercamiento a la verdad.
La vida, es procurar hacernos personas; la persona única e irrepetible que cada una somos....
Y entonces como un poeta popular lo manifestaba: "Se vive sólo una vez. Y la vida que nos es dada, sirve de poco o de nada, según cómo la gastés"
La vida se recibe, para algo. No sólo para el gozo....Hay que buscarle el sentido...
Vivimos en tiempos de individualismo profundo, de busca del gozo, de alejamiento del deber... ¿Y es feliz el hombre de hoy?..
Lo maravilloso, reitero es encontrar el sentido de la vida. Abrir los ojos y los oídos, a los otros, que caminan con nosotros y nos interpelan...Como Él interpelo a Caín alguna vez _ ¿Qué has hecho con tu hermano?...
En ello está la dicha en el dar y en el darse....
Pero a esto se llega cuando se ha vivido mucho....No soy ejemplo para nadie. Pero he recibido el ejemplo de vidas extraordinarias. Dirijo una organización que lee a personas ciegas.... ¡Cuánto me han dado en estos doce años; cuántas lecciones de vida!..
El texto de hoy me ha parecido "una invitación a la vida liquida".
Espero tan sólo aportar mi pensamiento.
El texto bellísimo como tal, no aporta verdad, es lo que pienso. Muestra una huída, en la que persiste el hombre de la posmodernidad
Herirte jamás.
Me tiene fascinada tu blog

Gloria dijo...

Hola Victoria, que bueno estar aquí. Te había comentado que quería tiempo para leerte y seguirte entonces. Hoy es un comienzo y delicioso tiempo el visitarte. Me gustan tus opiniones, tus entradas tienen peso, reflexión y algo de lo que marcas muy bien en varios post, el verdadero gozo,disfrute o virtud que pocos practicamos en nuestros días. Nos seguimos viendo y te mando un beso grande. Como la canción"me haces bien"... Valoro leeer palabras y decires realmente interesantes.Gloria.

Gloria dijo...

Victoria,no sé si entró el comentario anterior....

moonstone dijo...

Hola Victoria me gusto mucho tu articulo, porque yo estoy en un autoencierro que me esta matando estoy terminando con 27anos de un matrimonio donde nunca fui feliz donde nunca fui yo tengo mucho miedo, a lo que me traera el futuro a mi edad pero se tambien que preferiria mil veces la muerte a seguir en un matrimonio donde solo hubo mentiras y un gran dolor.

Victoria dijo...

Mucha fuerza Moonstone...

Thelma Y Louise las quiero!

Anónimo dijo...

De vez en cuando, sospecho que toda vida humana, no importa lo complicada y entrelazada que haya estado con otros destinos, en realidad gira entorno a un solo instante...el momento en el que el ser humano sabe por fin quien es Jorge Luis Borges tinker bell

Anónimo dijo...

es verdad es cuestion de TRASCENDER. Poder irnos de este mundo dejando huella....que sepamos DAR y Darnos. Es muy facil vivir mirandonos el ombligo y siendo indiferentes al que nos rodea.

Anónimo dijo...

la sociedad occidental quiere vivir ordenada y la oriental mas aun

Anónimo dijo...

no creo que todo deba ser un DEBER SER pero hay ciertos deberes que vienen con las elecciones de vida que uno hace.......

Victoria dijo...

Este blog celebra que quien lo visite pueda expresar, con libertad, su opinión y parecer. Mis reflexiones no intentan dar cátedra de nada, son esbozos de ideas y asociaciones libres. No creo en la posesión de la verdad, ni que esta sea única, absoluta e irrevocable.
Escribo y publico este blog con mi nombre verdadero sin escudarme en seudónimos o anónimos. Este tema, el de los anónimos, me genera sentimientos encontrados, porque por un lado me gusta que quien es más reservado y no acostumbra a exponerse pueda hacerlo por este medio. Considero que ex-presarse es saludable y a veces hay quienes necesitan dejar su nombre "en reserva". Sin embargo un exceso de anónimos me genera cierta molestia. Como las ideas sin rostro. Y la vehemencia sin identidad.

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